Las familias capitalinas se alistan para la cena de Navidad, aunque en muchos de los hogares se sustituirá el tradicional pavo relleno, la pierna adobada, el bacalao y los romeritos por pollo rostizado, atún a la vizcaína, tortas de camarón seco en mole con papas y nopales, o simplemente tortas de jamón acompañadas de refresco, sidra y ponche, con un costo de alrededor de 250 pesos para una familia de cuatro integrantes.

“Lo importante es estar juntos, y cuando no tienes dinero te ajustas a las condiciones, aunque el ponche va, pese a que vamos a gastar casi el doble del año pasado: 100 pesos para unas 10 personas, pero no puedes dejar de saborear la caña, los tejocotes, la ciruela pasa y las pasitas en un caldito dulzón, señalaron algunas amas de casa.

Una cena en algún hotel o restaurante en el Centro Histórico, Polanco o la zona norte de la ciudad va de 350 pesos por persona, sin bebidas, hasta mil 200 pesos con un menú de tres tiempos más postre, café, bebidas y una copa de champán.

Las reservaciones, sin embargo, están muy por debajo de lo estimado, aunque la mayoría de la gente celebra la Navidad en familia y el Año Nuevo fuera, pero vamos mal, muy mal, comentaron meseros y encargados de esos lugares.

Los pedidos de piernas o pavos horneados en panaderías también van a la baja, pues una familia difícilmente tiene para desembolsar 650 pesos por una pierna rellena de cuatro kilos, o 500 pesos por un pavo al vino blanco con el mismo peso. A dos días de la Navidad estamos 60 por ciento por abajo de los pedidos del año pasado, aunque nos han solicitado más pollos rostizados y rancheros, cuyos precios oscilan entre 80 y 100 pesos, según el tamaño, señalaron algunas de sus encargadas.

Los propietarios de panaderías ubicadas en colonias populares también se quejaron, pues ni siquiera han tenido pedidos para hornear pavos o piernas, cuando a estas fechas el año pasado ya no tenían espacio en sus hornos. Esto muestra que seguimos jodidos y aun cuando se trata de la fecha más importante del año para festejar, muchas familias prefieren guardar su dinero para enfrentar la cuesta de enero, que será la peor de los últimos años, estimaron.

Ofertas de fin de año

Mientras, los establecimientos mercantiles promocionan diferentes paquetes de cenas con grandes mantas de colores colocadas en su puerta principal o mediante volantes, donde ofrecen descuentos de 5 y 10 por ciento si pagan con tarjeta de crédito o al contado, aunque sin mucho éxito, por lo que algunos decidieron reducir el número de meseros, barmans y garroteros que trabajarán las noches del 24 y del 31 de diciembre.

No tiene caso mantener toda la plantilla laboral, cuando el número de reservaciones apenas nos permitirán salir tablas, explicaron sus encargados, mientras meseros lamentaron que las mejores fechas del año se nos vayan de las manos, porque no hay dinero y la gente prefiere celebrar de manera humilde con su gente en casa, que salir y darse un lujo, como sucedía todavía el año pasado.