Lunes 21 de diciembre de 2009, p. 4
Cuernavaca, Mor., 20 de diciembre. Pasadas las 20 horas del sábado, un individuo trepó a la azotea de la vivienda ubicada en calle San Francisco número 14, colonia Amatitlán de esta capital, llegó hasta la entrada y pidió a la madre del policía auxiliar Emilio Guzmán Montejo que lo dejara pasar; ella no lo permitió y dio aviso a su hijo, quien llegó minutos después, pero fue detenido por militares mientras el extraño escapaba.
Rosario Montejo López, madre del indiciado, afirmó que tras impedirle la entrada, el merodeador volvió al techo y quiso brincar a otras casas, pero cayó y se lastimó la pierna derecha, aunque pudo incorporarse y huir cojeando. Luego, intempestivamente, descendieron varios militares por la escalera trasera de la vivienda, la señora les dijo que persiguieran al desconocido pero ellos detuvieron al policía auxiliar, y ocho horas después lo presentaron ante los medios de comunicación.
Pide a CDHM intervenir
A Guzmán Montejo se le acusa de ser un pistolero del recién finado narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, y según el reporte oficial estaba en posesión de 41 armas largas y cuatro cortas de diferentes calibres, 6 mil 722 cartuchos útiles, 233 cargadores, siete silenciadores, dos miras telescópicas, cinco vehículos de lujo y uno blindado de doble cabina; 18 radios portátiles, un posicionador satelital, 800 kilos de cocaína y 100 de mariguana.
Sin embargo, la madre del detenido negó públicamente que su hijo esté involucrado con los cárteles criminales, refirió que lleva seis años de servicio como policía auxiliar, y acusó a los elementos de la 24 Zona Militar de sembrarle las armas y la droga y confundirlo con el extraño de la azotea, por lo cual solicitó la intervención de la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CDHM).
A su vez, la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad no ha desmentido que Guzmán Montejo pertenezca a la corporación; y las autoridades militares informaron que tras detenerlo en una vivienda de la colonia Jacarandas, en Cuernavaca, se le trasladó a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), donde estuvo algunas horas para después ser canalizado a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).