Tuvo un ingreso de $2.5 millones por cobro de tarjetas amarillas, rojas y sanciones diversas
El Chelís, por reincidir en críticas, fue el técnico más castigado; erogó casi 400 mil pesos por castigos
El jugador debe pagar, no los clubes: Sabater
En 2010 multa a quienes finjan faltas
Sábado 19 de diciembre de 2009, p. a12
Combatir la violencia y promover el mundialmente publicitado fair play representa un buen negocio para la Federación Mexicana de Futbol (FMF). En el torneo Apertura 2009 tuvo un ingreso aproximado de 2 millones y medio de pesos en multas que los clubes abonaron por tarjetas amarillas, rojas y sanciones disciplinarias de sus jugadores, directivos y cuerpos técnicos.
El salario mínimo, de 54.80 pesos diarios, es ínfimo ingreso para quien dependa de él, pero multiplicado en castigos por cartones preventivos ha redituado al organismo rector del balompié nacional un millón 333 mil 284 pesos.
Cada tarjeta amarilla costó a los clubes en este torneo mil 644 pesos, ya que según el reglamento de sanciones de la FMF se calcula con 30 días de salario mínimo, por lo que la cifra asciende a 3 mil 288 cuando se trata de preventivas acumuladas (aportación extraordinaria, se estima por 60 días).
Así, las infracciones de Édgar Dueñas y Antonio Naelson (21 acumuladas entre los dos) le costaron al Toluca 42 mil 744.
Goles y satisfacciones dieron al campeón Monterrey el delantero Humberto Suazo y su defensa Felipe Baloy, pero los Rayados debieron pagar 32 mil 280 pesos por la conducta de ambos (18 en total).
Morelia tuvo en Mauricio Romero su jugador problemático en este sentido. Le costó 23 mil 16 pesos y fue además el más indisciplinado de la primera división (10 amarillas y dos adicionales).
Tigres fue el equipo con más amonestaciones: 58, que corresponden a 95 mil 352 pesos, y Pumas (25) fue el que menos tuvo. En total, los clubes de la primera división debieron pagar, tan solo en este torneo, un millón 333 mil 284 pesos por tarjetas amarillas.
Mención aparte merecen las expulsiones, que en total rondan el medio millón y varían según el dictamen de la comisión disciplinaria.
Una tarjeta roja por juego brusco grave
se castiga con 90 días de salario mínimo (4 mil 932 pesos); la actitud irrespetuosa hacia los árbitros con 40 (2 mil 192 pesos) y una conducta violenta significa 10 mil 960 pesos (200 días).
También aportan efectivo las sanciones a clubes, directivos y entrenadores. Mientras Ricardo Ferretti pagó 130 mil pesos el año pasado por referirse de manera irrespetuosa al dueño de Chivas, Jorge Vergara, el técnico del Puebla, José Luis Sánchez Solá, tuvo un oneroso Apertura 2009.
Casi 400 mil pesos pagó Chelís, sancionado en julio pasado con 164 mil 400 pesos por sus cuestionamientos a la Comisión de Árbitros y al Pachuca, y fue obligado a pagar otros 205 mil 500 pesos en agosto, por reincidir en declaraciones
.
Además, en la segunda ocasión su club tuvo que pagar 54 mil pesos.
Con todo, puede estimarse que en sanciones este torneo significó para la FMF un ingreso aproximado de 2 millones y medio de pesos. Sin embargo, el presidente de la Comisión Disciplinaria, Alfonso Sabater, considera que este ha sido un año normal
.
Inclusive las infracciones bajaron en número e intensidad respecto de periodos anteriores. Ha habido campeonatos con más faltas o más castigos
, precisó.
Aunque la regla apunta a que los jugadores tengan la responsabilidad de pagar amarillas y rojas para sentir el correctivo, son los clubes quienes responden ante la federación y pocas veces trasladan la represalia a los futbolistas. Al menos públicamente sólo Pumas ha reportado que descontó en quincenas las amonestaciones y expulsiones de los suyos.
Es muy importante que el jugador sienta que se equivocó y que él pague eso. A lo mejor el mal uso ha sido que los clubes paguen, pero la verdad es que todo va dirigido a quien cometió la falta
, explicó el dirigente.
Adelantó que en el próximo torneo habrá novedades, porque tenemos que ir poniendo al día el reglamento, lo estamos actualizando
. Ahora se trabaja sobre sanciones posjuego por faltas mal calificadas o no señaladas durante el partido que incidieron en el resultado.
Acciones como las de Christian Giménez –en aquel tiempo del Pachuca–, y Matías Vuoso, del Santos al comienzo de temporada, y de Jaime Lozano en la liguilla (todas ellas por fingir un penal), son el objetivo y la directriz viene desde la misma FIFA.
“No se cambia el marcador, pero debe castigarse una falta que no se vio. Todo va dirigido siempre al fair play”, indicó Sabater.
También cambiarán los montos de penalidades por el aumento de 4.85 por ciento al salario mínimo. Una tarjeta amarilla significará pagar ahora mil 723 pesos y el juego brusco 5 mil 170.