La ballena de Gabriel Orozco, colgada en el atrio del Museo de Arte Moderno (MoMA), en Nueva York, será vista –según estimaciones– por un millón 300 mil personas en el afamado recinto entre el 13 de diciembre y el primero de marzo, periodo que abarca la retrospectiva de alrededor de 80 piezas del artista, que representan 20 años de carrera.

Entrevistado por La Jornada, Orozco, quien pasará las vacaciones en la costa de Oaxaca, explica: El MoMA recibe de 15 mil a 17 mil visitantes diarios. Claro, unos van a ver la colección permanente, otros a los nenúfares de Monet, otros a Tim Burton, que es una exposición muy exitosa, otros la del Bauhaus. Pero la ballena, que está en el atrio (espacio abierto en el primer piso que domina el acceso a las escaleras eléctricas), la ve todo visitante.

Bien valió el esfuerzo, entonces, de desmontar Mátrix móvil (2006), título de la escultura compuesta de un esqueleto rearmado de una ballena gris, de la Biblioteca Vasconcelos.

Necesidad de un respiro

Según el artista, durante una visita a México “a Glenn Lowry, director del MoMA, en particular, lo dejó muy alucinado y fue fundamental en su empeño de llevar la ballena a Nueva York. Con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, todo eso se logró.

“Obviamente, ayudé a coordinar el desmontaje con Marco Barrera. A la hora de verla puesta en el MoMA, me quedé como diciendo, bueno, es espectacular como se ve en este fondo blanco. El dibujo se aprecia mejor. Arquitectónicamente es igual de espectacular, pero tiene esta neutralidad de ser museo.

Todo mundo está superimpresionado con la ballena, entonces de alguna manera accidental tal vez se convirtió en el personaje central de la exposición.

–¿Quién sufragó los gastos del traslado?

–No tengo los detalles de esto, pero evidentemente todo lo pagó el MoMA. Si fue el museo o un coleccionista privado, no estoy seguro. Se tardó un poco por los permisos de exportación al ser una especie protegida. Los huesos también están protegidos y no se puede comercializar con esto. De hecho no se hace; entonces, aquí tuvo que pasar por el filtro de permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, imagino, y la parte también de Estados Unidos para poder importar la ballena provisionalmente.

Cuando Mátrix móvil concluya su estancia en MoMa regresará a la Biblioteca Vasconcelos. La logística no permitió que viajara a Europa, donde la exposición de Orozco hará escala.

“En Basilea, Suiza, el museo (Kunstmuseum Basel) es diferente; no venía al caso presentarla en Londres (Tate Modern), donde ya había hecho otra versión, Dark wave (Ola oscura), en 2006, una reproducción de una ballena azul. En París (allí culmina la exposición) la quieren presentar en la entrada del Centre Georges Pompidou, pero decidimos que era más práctico y barato mostrar la que está en Europa.”

Gabriel Orozco durante la entrevistaFoto José Antonio López

–¿Desea que la muestra venga a México?

–Nunca fue pensada para que viniera aquí. Me da mucho gusto que de repente se hayan entusiasmado tanto como para quererla traer, pero me pregunto qué tan necesaria es. Acabo de exponer en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Lo normal sería esperar 10 años para hacer otra muestra grande. Tengo 47 años, tampoco quiero volver a hacer una de estas exposiciones ahorita. Necesito un respiro. Era importante hacer esta exposición en esos museos.

Sigo queriendo hacer cosas en el arte en mi país, que sigan generando atención del mundo, que sigan ayudando a desarrollar a mis colegas, a los más jóvenes. Todavía hay mucho por hacer en las instituciones de México, en la historia del arte y la crítica de arte.

Susto por la crisis

–Glenn Lowry reconoció ante la prensa en Nueva York que la exposición estuvo amenazada por la crisis económica.

–Esta exposición se proyectó hace casi cuatro años. A medio camino pasa la crisis económica donde todo el mundo se asustó tanto y la verdad es que sí se suspendieron varias exposiciones. Hubo cosas que no se pudieron hacer por falta de recursos.

Creo que ellos no habían empezado a buscar recursos realmente (para la muestra de Orozco), pero cuando viene la crisis, se ve que se asustaron y dijeron, qué tal si no los conseguimos. Por otro lado, es verdad que en cuanto los buscaron los encontraron y estaban asombrados de la buena respuesta que hubo en especial de México, fue un gran alivio.

Orozco ha pospuesto para septiembre de 2010 la muestra programada para este enero en su galería neoyorquina, la Marian Goodman. Al respecto, seguirá desarrollando una idea cuyo resultado presentó en su exposición de abril pasado en la Galería Kurimanzutto. Inclusive, el dibujo Cuerpo plegado I (2009), se exhibe en MoMa.

“Es un plan de trabajo nuevo que consiste en extender en el tiempo el proceso de hacer un dibujo. Tengo hojas de papel japonés de gran formato, dos metros por un metro aproximadamente. Las doblo todas iguales hasta un cierto tamaño que cabe en mi maleta. Entran casi como si fueran camisas. Al llegar al lugar donde estoy trabajando, las desdoblo, dibujo encima y las doblo. Es un proceso divertido porque lleva muchas técnicas desde pintura y gouache hasta tinta china negra, lápiz; luego blanco, también impresiones del cuerpo.”