Tegucigalpa. Las tensiones resurgieron entre el régimen de facto y el presidente constitucional Manuel Zelaya, en un cruce de acusaciones por el rebrote de la violencia que dejó cuatro muertos en tiroteos y aleja cada vez más cualquier posiblidad de alcanzar un arreglo político tras el golpe de Estado del 28 de junio. El gobernante electo Porfirio Lobo abogó por que Zelaya abandone la embajada brasileña y renuncie el golpista Roberto Micheletti.