Posible respuesta a la agresión contra la viuda del político Aushev
Viernes 18 de diciembre de 2009, p. 25
Moscú, 17 de diciembre. Apenas un día después que una familia sufrió un grave atentado con bomba, un atacante suicida estampó este jueves el coche-bomba que conducía contra un retén policial, pereciendo en el acto y causando 27 heridos, y poco después un vehículo de los servicios secretos cayó en una emboscada, en la cual cuatro agentes perdieron la vida acribillados a balazos.
Todo esto, que ocurrió en menos de 24 horas en Nazrán, la principal ciudad de Ingushetia, república colindante con Chechenia, forma parte de la cruenta realidad cotidiana de la región más inestable de Rusia, el Cáucaso del Norte.
¿Venganza de sangre? ¿Lucha de clanes? ¿Pura coincidencia? A primera vista resulta muy difícil establecer una conexión entre estos hechos de violencia, pero en la medida en que se conocen los detalles resulta evidente el vínculo.
Porque en el automóvil que estalló ayer iba Fatima Dzhaniyeva, una mujer de 27 años y embarazada, una de las dos viudas reconocidas –situación tolerada en las regiones musulmanas de Rusia– de Maksharip Aushev, relevante político de oposición y defensor de los derechos humanos, asesinado a finales de octubre pasado.
A consecuencia del bombazo, Dzhaniyeva resultó gravemente herida y murieron su madre y uno de sus hermanos.
La oposición responsabilizó de la muerte de Aushev a la policía y los servicios secretos de Ingushetia, sobre todo a funcionarios cercanos al anterior presidente de esa república, Murat Ziazikov, destituido por Moscú tras el asesinato en agosto de 2008 de Mahomed Yevloyev, antecesor de Aushev al frente de un portal de denuncias en Internet.
En ese contexto sucedieron hoy los ataques contra la policía y los servicios secretos ingushes.
Las autoridades de Ingushetia revelaron esta noche la identidad del hombre que estampó su coche-bomba contra el retén policial: el suicida resultó ser Batyr Dzhaniyev, de 23 años, hermano de Fatima, la viuda herida de Aushev, y cuya madre y otro hermano, Muslim, murieron ayer al estallar la bomba colocada en su automóvil.
Hasta el momento no se sabe quién tendió la emboscada en que murieron cuatro agentes de los servicios secretos, aunque no sería descabellado inferir que es parte de la respuesta violenta de grupos opositores al atentado contra la viuda de Aushev y su familia.