Las calles de Barrio Norte son angostas y escarpadas. Conducir por esa loma de la delegación Álvaro Obregón requiere gran destreza, facultad que exhibe el boxeador Dante Jardón, capaz de hablar por celular, dirigir una camioneta y esquivar autos y peatones con la misma agilidad con la que elude golpes sobre los cuadriláteros.

Apenas tiene 12 combates y sólo 21 años, pero este sábado disputará el título superpluma juvenil del Consejo Mundial de Boxeo contra Adalberto Bórquez, en el foro Scotiabank.

La gente lo saluda y le desea suerte porque sabe que el sábado tiene su primera pelea estelar y será transmitida por televisión.

Mi carrera ha sido rápida, dice el peleador que debutó como profesional con apenas un puñado de combates, porque los rivales no querían enfrentarse a él, tenían miedo de su pegada, de su rapidez, de la habilidad de manos.

Es noqueador. Tiene 11 contiendas resueltas en los primeros asaltos y una derrota, ésta en su segunda pelea profesional y la detuvieron porque el adversario le dio un cabezazo que le provocó una herida en la ceja izquierda.

Al principio dice que no se tomó en serio el boxeo, sólo quería practicar algún deporte y jugó futbol un tiempo en las fuerzas básicas de Pumas, pero algo del trabajo en conjunto no le gustó, prefiere el esfuerzo individual.

Cuando empezó a ganar se dio cuenta que podía aspirar a metas más altas. En dos ocasiones se llevó el torneo Guantes de oro y llegó a la final del Cinturón de oro, pero se cayó la categoría, dizque se enfermó el rival, cuenta.

Ahora siente que tiene posibilidades de escalar hacia las grandes bolsas, enfrentarse a nombres importantes de su división, pelear por un campeonato mundial, tal vez el próximo año, pero no me quiero acelerar, no sabemos qué puede pasar.