Guadalajara. Jal., 15 de diciembre. Adolfo Bautista volvió a Chivas, club en el que se consagró como referente en la delantera, pero del que salió por problemas de disciplina con el técnico de aquel entonces, José Manuel de la Torre, en el torneo Clausura 2007. Hoy está de vuelta y en el Rebaño hacen fiesta.

Tiene fama de rebelde, como confirmó en su presentación de ayer en las instalaciones de Verde Valle el presidente deportivo del conjunto tapatío, Rafael Lebrija, pero le han impuesto condiciones para que no altere las reglas y la mano dura con la que el directivo amenazó para la próxima temporada, a fin de que Guadalajara sea candidato al título, a más tardar en un año.

Los antecedentes nos dicen que es un jugador que se rebelaba, pero él está en toda la disposición de respetar los reglamentos, dijo Lebrija, y aclaró: para que no se piense que el Bofo contará con marca personal, la vigilancia disciplinaria será aplicada a todo el plantel.

Mientras, Bautista no puede ocultar su alegría porque portará otra vez los colores con los que se hizo célebre en el futbol mexicano e internacional; con esa playera rojiblanca fue campeón en el Apertura 2006, la misma casaca con la que asistió a La Bombonera de Buenos Aires, cuando Chivas eliminó a Boca Juniors en la Copa Libertadores 2005.

Aunque fue una afrenta que pagó caro al recibir un escupitajo del entrenador xeineze Jorge Benítez y una multa de las autoridades argentinas por incitar al desorden.

Aprendida la lección, se dice, ahora el Bofo corresponde a las exigencias de la directiva tapatía y asegura que viene con la disposición de acatar todas las órdenes y hacer su máximo esfuerzo dentro de la cancha. Su regreso es parte de un proyecto para que los rojiblancos recuperen protagonismo en el campeonato mexicano.

Voy a dar todo para que Guadalajara avance, tengo ganas de hacer las cosas bien y mi gran ilusión es volver a ser campeón con Chivas, declaró.

Adolfo Bautista, durante su presentación con el cuadro tapatíoFoto Notimex

Concretar el regreso de Bautista no fue sencillo. Las negociaciones entre las directivas del cuadro tapatío y Jaguares se tornaron complicadas, y el propio jugador tuvo que ceder en sus aspiraciones económicas para enfundarse una vez más los colores rojiblancos.

La carta del jugador pertenece otra vez al club Guadalajara, con un contrato que lo asegura por tres años, en una transacción por 1 millón y medio de dólares, según algunas versiones.

Por el momento, el Bofo tiene otras aspiraciones más allá de las económicas, según dijo el atacante. Por una parte, continuar la carrera con el club que tanto quiere, pero también porque el cuadro rojiblanco es una vitrina para ser considerado por Javier Aguirre para la selección mexicana.

Decidí quedarme en México por lo que se viene en el Mundial. Sacrifiqué en ese aspecto y vengo con gran ilusión de triunfar en Chivas, dijo el delantero.

Llega el hijo pródigo y otros pueden salir por no cumplir las expectativas de la directiva, como Ramón Morales, Sergio Amaury Ponce, Gonzalo Pineda y Diego Martínez. La explicación que dio Lebrija fue contundente: porque tuvieron un semestre desastroso.

Entre las sorpresas destaca un referente de Chivas, el ídolo y capitán Ramón Morales, quien puede terminar en la filial estadunidense del conjunto tapatío en la MLS.

Estamos analizando la posibilidad de que se vaya a Chivas USA, pues lo quieren allá, pero tenemos que hablar con él para que charle con su familia y así después veremos qué pasa en ese aspecto, agregó Lebrija, quien de paso confirmó que Adolfo Bautista será el único refuerzo del equipo, pues buscarán apoyarse en las fuerzas básicas.