Persisten vacío legal e impasibilidad del INAH para frenar arbitrariedades, dice abogado
El macroproyecto tendría capital nacional y extranjero e incluye hoteles y campos de golf
Artesanos de la zona arqueológica reclaman atención de la sociedad local, nacional e internacional
Miércoles 16 de diciembre de 2009, p. 3
Con el apoyo del gobierno de Yucatán, un grupo de inversionistas nacionales y extranjeros anuncia el macrodesarrollo turístico que se construiría en las cercanías de la zona arqueológica de Chichén Itzá.
El proyecto incluye varios hoteles de cinco estrellas, centros comerciales y de convenciones, además de playas y lagos artificiales, instalaciones deportivas y parque acuático, entre otros atractivos.
La difusión del megaproyecto causa incertidumbre entre los 800 artesanos que laboran en el área prehispánica y aumenta la presión que desde hace años existe entre los descendientes de los mayas y el dueño de esa zona Hans Hurgen Thies Barbachano, explicó Villevaldo Pech Moo, asesor jurídico de los comerciantes.
A las pugnas entre los artesanos y la familia Barbachano se suman las peticiones de que el predio donde se asienta Chichén Itza sea expropiado y que el dueño desista de cobrar a los artesanos por ingresar a trabajar en la mítica urbe maya.
Contra el turismo privatizador
Pech Moo aseveró que desde hace tiempo persiste un vacío legal
y una impasible actitud
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para frenar las arbitrariedades en ese lugar, como la vigilancia permanente de los guardias
de la familia Barbachano en la reja uno del sitio prehispánico.
La intención de realizar ese virtual megaproyecto hotelero con hoteles, playas y lagos artificiales, campos de golf, parque acuático, casas de artesanías, centros de convenciones y comerciales, estacionamientos, etcétera, merece mucha atención de la sociedad yucateca para ponerlo a la consideración nacional e internacional
, manifestaron los artesanos que laboran dentro de la zona arqueológica.
“Es posible que se trate de la compra maleada del proyecto de corredor turístico cultural que el gobierno del estado de México, encabezado por Enrique Peña Nieto, no pudo imponer en Teotihuacán y fue transferido a Chichén Itzá con las consecuencias que este tipo de proyectos globales arrastran sobre las comunidades indígenas, al despojarlas de su patrimonio material (tierras) y cultural tangible e intangible, que los hace emigrar o someterse a nuevas formas de acasillamiento.”
Además, puntualizaron lo comerciantes, se debe tomar en cuenta que el director del INAH, Alfonso de Maria y Campos, tiene especial querencia por emprender proyectos de turismo privatizadores del gran patrimonio nacional sin claridad en las políticas públicas
.
Villevaldo Pech subrayó que es importante exigir la información conforme a derecho y evitar que las comunidades indígenas mayas sean excluidas del proceso de desarrollo que se propone, garantizándoles su inclusión mediante el impulso de su propio desarrollo endógeno, como verdaderos propietarios del mundo maya.
Es necesario que se garantice la preservación de la flora, la fauna, el suelo y el subsuelo no sólo de la zona arqueológica de Chichén Itzá, patrimonio de la humanidad, sino fuera de la poligonal, ya que es bien sabido que su entorno posee muchos vestigios arqueológicos, añadió.
Búsqueda de inversionistas
Para Villevaldo Pech Moo la planeación del macrodesarrollo turístico Central Park of Chichen Itza
se inició en YouTube para atraer inversionistas, lo que se puede ver en la dirección electrónica http://www.youtube.com/watch?v=oL0Gqvr2Lvc
Al comenzar ese video se observan las banderas de China, Estados Unidos, Francia, Canadá y el logotipo del gobierno de Yucatán.
Este diario buscó a Jorge Esma Bazán, director general del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos de Yucatán (Cultur), instancia organizadora de los principales espectáculos artístico-culturales en Yucatán, sin obtener respuesta.
Al respecto, Julio Castrejón, vocero del INAH, dijo que el citado proyecto no es parte de nuestra materia de interés
porque el lugar se ubica a 11.5 kilómetros al sur de la poligonal de Chichén Itzá y abarca 390 hectáreas.
Cuando el instituto sea notificado se procederá a hacer los trabajos que marca la ley de prospección arqueológica en el caso de que hubiera algún tipo de vestigio disperso a esa distancia, y hasta que eso no ocurra no podemos manifestarnos en temas de turismo, porque no es de nuestra competencia, tampoco el desarrollo municipal y estatal.