Estados Unidos: ¿el Partido del Té
desplaza al Partido Republicano al tercer lugar?
E
l Partido del Té de Boston
(The Boston Tea Party) se refiere a la histórica revuelta fiscal de 1773, que aceleró la independencia de Estados Unidos, contra los impuestos al té de importación propiedad de la siniestra British East India Company (la ancestral madre conceptual de las trasnacionales anglosajonas modernas), cuando los colonos de Boston subieron a los barcos ingleses a quemar la mercancía.
Hechos: La contemporánea revuelta en Estados Unidos que ha cobrado un impulso masivo sorprendente, llamada Partido del Té
(Tea Party) –movimiento populista de extrema derecha racista de corte wasp (blanco-anglosajón-protestante)–, se inspira de la revuelta fiscal del siglo XVIII del Partido del Té de Boston, lo cual le ha valido la atención especial del portal estratégico-militar europeo De Defensa (16/4/09; 19/8/09; 23/9/09; 6/11/09 y 8/12/09).
El portal europeo se asombra del resultado de un reciente sondeo del muy serio Rasmussen que –después de todas las cocciones y bricolages a las que son afectos los encuestadores de Estados Unidos– coloca al Partido del Té en segundo lugar (23 por ciento), detrás del Partido Demócrata (36 por ciento), y antes del Partido Republicano (18 por ciento), en medio de 22 por ciento de indecisos: un evento de gran relevancia
, donde solamente la categoría de edad mayor a los 60 años de edad escapa a esta sacudida
.
El ascenso del Partido del Té provendría básicamente de los pletóricos desertores del Partido Republicano.
El portal Raw Story (7/12/09) comenta que un tercer partido
–imposible de establecer en Estados Unidos debido a la simbiosis bipolar del Partido Demócrata y el Partido Republicano que constituyen las dos caras de la misma moneda del establishment que impide otras opciones democráticas– con poca probabilidad obtendría los mismos resultados
que el Partido del Té, por lo que la ruta más convencional
sería que una potencial tercera fuerza capture las riendas de uno de los dos partidos vigentes
.
¿Desparecería en su quintaesencia el Partido Republicano para dar luz al Partido del Té, aunque conserve su nombre legal electoral? ¿Se trata de un fenómeno contestatario coyuntural o es más profundamente estructural?
La intensa insatisfacción de los votantes, exacerbada por la grave crisis del desempleo (del orden de 17 por ciento, según la Reserva Federal de Atlanta, lo cual contradice los maquillajes de los mendaces multimedia que lo reducen cómicamente en el umbral de 10 por ciento, como si no se notara ni se detectara ni se padeciera: nunca faltan inocultables parámetros indirectos de medición) ha golpeado a los dos principales partidos
cuando una casi-mayoría (sic) proclama que un nuevo partido se requiere para representar sus puntos de vista
. El 41 por ciento de los consultados afirma que los demócratas y los republicanos son similares
(v.gr. el decepcionante mimetismo de Obama con Baby Bush).
La insatisfacción es más profunda del lado de los republicanos, concluye Raw Story. Pues sí: todavía los demócratas rezan por un milagro que reconvierta a Obama a sus fallidas promesas electorales.
Para De Defensa, el resultado es muy impresionante, más por el estado de ánimo que por la contabilidad electoral estricta
. Aduce que una razón principal es que el Partido del Té no sea un partido político como tal
, lo que en cierta forma lo encumbra, quizá más por insatisfacción o hasta por rechazo radical
a la situación y al sistema de partido único de dos alas, el ala demócrata y el ala republicana
, lo cual “alcanza a la parte mas dinámica de la demografía (los menores de 60 años).
La paradoja parcial
proviene de que el Partido del Té es considerado conservador (sic), pero muy activista
, lo cual probablemente puede atraer a los indecisos
.
Más allá de los montajes teatrales en Washington –los republicanos a la ofensiva
y los demócratas a la defensiva
con un presidente, Obama, implementando el credo militar y bursátil de los republicanos minoritarios– el sondeo Rasmussen revela no solamente que el Partido Republicano sigue siendo minoritario, sino que se encuentra completamente (sic) a la deriva (súper-sic) frente al empuje del Partido del Té, que se diferencia cada vez más con este último, pese a una tentativa fallida de recuperación
. Hoy más bien el Partido del Té es quien recupera a los republicanos, y no al revés
.
Un caso notable es el acercamiento espectacular del Partido del Té con la amazona muy carismática Michele Bachmann (MB): Republicana populista y representante de Minnesota, quien le pisa la sombra a otra amazona,Sarah Palin (la perdedora a la vice- presidencia), para la elección presidencial de 2012.
Así las cosas, el desorden impera en Estados Unidos
cuando el partido
que no cesa de afirmarse, el Partido del Té, es hasta ahora una organización fuera de un sistema que se desploma (sic)
.
A juicio de De Defensa, lo mejor que le puede suceder al movimiento populista de extrema derecha, Partido del Té, es permanecer fuera el sistema
, lo cual constituye su verdadera fuerza que obligará a la reconversión
de un buen número de integrantes desacreditados de la bipolaridad partidista reinante.
Con bastante antelación hay que reconocer que De Defensa (portal mucho más profundo y serio en su género que Stratfor, que peca de israelocentrismo hiperbólico e hiperbárico) había detectado correctamente los espasmos populistas de gran penetración del Partido del Té, que carente de líderes conspicuos, ha adoptado a la amazona carismática MB, como sucedió durante la masiva “toma pacífica” del Congreso el pasado 5 de noviembre (después de la impactante concentración del 12 de septiembre en Washington), a la que se adhirió en forma oportunista (o quizá arrastrado por sus bases) el Partido Republicano por temor a resquebrajarse. La convocación fue azuzada por Fox News, canal superbélico y de extrema derecha racista (propiedad de Rupert Greenberg, alias Murdoch).
Stephanie Mencimer (SM), de la revista progresista Mother Jones (La captura del Partido Republicano por el Partido del Té”; 5/11/09), detalla los ultrajes de los pletóricos manifestantes, quienes repudiaron la reforma de salud
y se le fueron a la yugular a Obama, a quien consideran recibe órdenes de los Rothschild
(¡extra-súper-sic!). Fue conspicua la colaboración de la totalidad de los Representantes de Texas
(donde han arreciado las veleidades secesionistas).
SM delata que una gran mayoría de manifestantes fue transportada en los autobuses proporcionados por Americans for Prosperity, grupo creado por las industrias Koch, inmenso conglomerado de petróleo y gas
.
¿Por qué los Republicanos de Texas y la industria del petróleo abominan a Obama?
Conclusión: De Defensa subestima el execrable lado ideológico del Partido del Té, mexicanófobo y anti Obama furibundo, para sobrestimar su aspecto positivo como expresión popular de una rabia difusa, general e impresionante
frente al desempleo, la crisis económica y los abusos de los banqueros de Wall Street.
¿No habrá llegado muy tarde a su cita con la historia el Partido del Té?