Madrid, 12 de diciembre. En su vigésimo séptimo día de huelga de hambre, la activista saharaui Aminatu Haidar se ha convertido en símbolo y referencia mundial de la lucha del pueblo del Sáhara Occidental para lograr la autodeterminación. Mientras Haidar, en el aeropuerto de Lanzarote, se encuentra cada día más débil, en Sevilla un grupo de jóvenes han acampado en una céntrica plaza de la ciudad en solidaridad con Haidar, pero además una joven universitaria de 22 años comenzó un ayuno indefinido.

Eva AG es sevillana, universitaria y una persona comprometida con la defensa de los derechos humanos. Por eso, y porque el arrojo y la firmeza de Haidar le han conmovido, decidió iniciar una huelga de hambre indefinida en una céntrica plaza de Sevilla, desde donde se hermanará con el aeropuerto de Lanzarote, donde está la activista saharaui.

Es un gesto con el que pretendo solidarizarme con Aminatu y denunciar el juego de pase de responsabilidades entre los gobiernos español y marroquí, que no toman una posición firme de respeto a los derechos humanos ni del derecho de libre circulación, expresó Eva, quien estará acompañada por decenas de compañeros que acamparán también de forma indefinida, al menos hasta que Haidar pueda volver a su tierra.

La protesta también se debe a la interpretación que hacen los universitarios españoles de la situación que protagonizan desde el pasado 14 de noviembre Haidar y el pueblo saharaui: No se trata de una actuación aislada, sino forma parte de la política de represión que realiza el gobierno marroquí contra el pueblo del Sáhara, de la que el gobierno español se ha convertido en cómplice al haber permitido la expulsión de Haidar a España, sostienen.

Mientras tanto, en el terreno de la diplomacia internacional, el secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, consideró que las negociaciones entre las potencias europeas y Estados Unidos con Marruecos están agotadas, por lo que además de insistir en la intermediación del rey Juan Carlos también envió una carta al papá Benedicto XVI para que con su autoridad moral ayude a encontrar una salida a esta grave situación.