San Miguel Hila, en el municipio mexiquense de Nicolás Romero, vive una doble crisis, porque miembros de unas 3 mil 500 familias que constituyen 80 por ciento de su población trabajaban en Luz y Fuerza del Centro (LFC), y al perder su fuente de ingresos y entablar litigio contra el gobierno federal hicieron colapsar hasta 70 por ciento de la economía local.

Sin embargo, son pueblos enteros los que dependían de LFC, y el efecto dominó iniciado en San Miguel Hila es extensivo a Vicente Guerrero, La Colmena, Barrón, Cahuacán, Progreso Industrial y la cercana Tlazala de Fabela, cabecera del municipio de Isidro Fabela, cuyas actividades productivas dependían en gran parte de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

Así lo informó Gaudencio Dionisio Calixto, representante de los jubilados en la sección San Idelfonso del gremio en resistencia.

En este hogar nacimos en el SME y no nos cansaremos de luchar. Viviremos de pie, no de rodillas, reza una leyenda a la entrada de San Miguel Hila; mientras en todo el municipio más de 3 mil comercios –montados en gran parte por familiares de electricistas– perdieron sus ganancias y ya no pueden pagar a los proveedores.

En Morelos la lucha también prosigue y los trabajadores afiliados al SME anunciaron que este miércoles instalarán un campamento en el zócalo de Cuernavaca para recolectar víveres y contrarrestar la información televisiva que desprestigia la resistencia.