En foro de Greenaccord dan cuenta de sequías, inundaciones y derretimiento de glaciares
Un indio relata que el mar ya le arrebató dos casas y una mujer narra que la malaria mató a su niña
Domingo 6 de diciembre de 2009, p. 29
Viterbo, Italia, 5 de diciembre. Jalaluddin Saha, campesino de la isla Mousuni, ubicada en el golfo de Bengala, en India, ha cambiado de domicilio dos veces: el mar se ha llevado su casa. En 1975 tuvo su primera propiedad en el oeste de la isla Mousuni, pero el agua la desapareció, y algo similar le ocurrió años después con la segunda vivienda. Ahora reside en medio del pueblo.
Mientras Saha sufre por el aumento del nivel del mar –uno de los efectos del cambio climático–, hay quienes en Kenia y Guatemala enfrentan sequías; en los Himalayas ven desaparecer el hielo y los viejos caminos, y en Uganda cada vez sufren más de enfermedades como malaria.
Nelly Damaris, de 53 años y originaria de Kenia, dice que la sequía le ha cambiado la vida: antes tenía el agua del río al alcance de la mano, ahora está seco. Las mujeres debemos caminar más para buscarla, lo que absorbe más de nuestro tiempo, cuando lo podríamos dedicar a hacer otras cosas
.
Dice que en 1995 perdió a una hija. Había muchos mosquitos. No pensaba que un animal tan pequeño hiciera daño, pero mi niña murió de malaria dos días después de que la picó un mosco. En 2006 se volvió a hablar del problema: otra vez está la enfermedad
. De acuerdo con los científicos, el cambio climático ocasionará enfermedades como malaria y dengue, debido al aumento de la humedad.
Por comer, a veces se hacen cosas inmorales
Llevar alimentos a la mesa de la familia cada vez es más problema. La sequía ya mató animales y se redujo el abastecimiento de agua. Las lluvias llegaban en agosto, pero no han aparecido
.
Durante su participación en el séptimo Foro Internacional de Protección a la Naturaleza, el Clima Cambia, organizado por Greenaccord, señala que es fundamental luchar contra la pobreza, porque cuando se es pobre no se puede elegir. Es algo que también quita la moral; hay personas que por comer hacen cosas inmorales
.
El indio Jalaluddin Saha dice que la isla Mousuni ha perdido 15 por ciento de su superficie en 20 años. Mi primera casa se fue al mar en los 70 y la segunda en 1982; ahora tengo una en el centro de la isla
. En su intervención en el foro, presenta imágenes de tres pequeños islotes que estaban alrededor de donde vive, y que este año prácticamente han desaparecido.
Señala que entre 1993 y 2007 ocurrieron 13 desastres naturales. Antes se podía cultivar granos, pero ahora es difícil por la salinización del mar
. La isla tenía 35 kilómetros cuadrados, ahora es de 24. Antes el verano duraba dos meses, ahora ya son cuatro o seis, las estaciones de la lluvia varían y el invierno casi desapareció
.
Mbiwo Constantine, agricultor de Rwenzori Mountains, al oeste de Uganda, a sus 71 años recuerda que en la zona donde están las montañas más altas del país había glaciares que cubrían las cimas. Han desaparecido y la consecuencia es la falta de agua.
Desde pequeño viví en una montaña y soy consciente de los daños que se han dado en la región; los ríos eran caudalosos todo el año y sólo durante la estación seca había problemas. Ahora los glaciares se ven raramente y sólo algunas veces se forman los lagos, además de que la malaria está por todos lados y la mayor parte de las personas de la región no tienen trabajo
.
Apa Sherpa y Dawa Sherpa viven en el este de Nepal, en una población que se instaló ahí hace 500 años. Apa nació en Camberbesth, montaña de 3 mil metros de altura. Siempre caminó por esa zona y tiene el récord mundial por las 90 veces que ha subido el Everest. Vi con mis propios ojos el cambio de la montaña. Ya no hay agua dulce, es más difícil escalar y los senderos han desaparecido
.
Dawa señala que el terreno para escalar se ha vuelto inestable, ya que hay riesgo de derrumbe de las rocas, porque el hielo que las mantenía pegadas ahora se ha derretido.
De Guatemala, David Tobar Franco también tiene recuerdos. Originario de Puerto Barrios, departamento de Izabal, en el mar Caribe, refiere que los campesinos y pescadores sufren porque viven de la naturaleza, pero el clima ha cambiado. Ahora, cuando se supone que debe sentirse calor, hay lluvias y bajas temperaturas, lo que afecta el turismo, importante actividad económica en la región.
El nivel del mar ha subido unos 13 centímetros y las aves se han ausentado; antes había parvadas de alcatraces y gaviotas, pero creemos que ya no están porque la temperatura del agua no es adecuada y el alimento ha desaparecido
.