arís. En octubre de 2009 los senadores franceses votaron una nueva ley para llenar el hueco que dejó la suspensión del servicio militar obligatorio, decretado por el entonces presidente Jacques Chirac en 2001 para dejar el ejército en las manos exclusivas de profesionales.

Con el fin de la conscripción en Francia se eliminó un periodo en el que los jóvenes estaban, por su gusto o no, al servicio de su país, mezclados en igualdad de condiciones y enmarcados en un mismo contexto disciplinario los de clase social alta y los marginados con los de todas las otras capas sociales.

Desde entonces cada gobierno ha instituido una nueva forma para comprometer a la juventud con la sociedad, como el servicio civil que sustituyó al militar, pero cuyo engorroso proceso no logró reclutar más de 2 mil 500 individuos por año, sin lograr formar generaciones de una misma clase de edad en actividades compartidas y solidarias bajo el símbolo de una nación.

Así, el presidente actual, Nicolas Sarkozy, decretó la creación del servicio cívico voluntario, definido como una misión de interés general, cuyo ejemplo más cercano sería el que hacen los bomberos voluntarios, hoy alrededor de doscientos mil repartidos sobre todo en las zonas rurales de Francia (mientras que más de medio millón de bomberos profesionales atienden las ciudades). La entrada en vigor del decreto integrará a los bomberos voluntarios como reclutas del servicio cívico y, al mismo título que los jóvenes mayores de 16 años de nacionalidad francesa o los residentes en Francia durante más de un año, que se hayan incorporado en asociaciones, fundaciones o colectividades de interés general, tendrán derecho al seguro social, su tiempo de servicio será contabilizado para el retiro y recibirán un certificado al concluir su servicio. Los menores de 25 años tendrán además una indemnización (no salario) de 600 euros mensuales y serán tutoreados por personal remunerado por el Estado.

El servicio cívico eliminará el llamado plan joven que sí es actualmente obligatorio para los jóvenes de 16 a 18 años sin ninguna actividad escolar o laboral, pero no podrá cumplir con sus objetivos de resoldar la nación desde el momento que para ello debería ser un servicio obligatorio cuyo costo se calcula en tres mil millones de euros, cuando el gobierno francés sólo ha presupuestado 40 millones de euros en 2010 para financiar 10 mil voluntarios.