A La Máquina le bastó jugar bien el segundo tiempo para vencer 2-1 al Morelia y adueñarse del boleto a la gran final. El técnico Enrique Meza quedó a la espera de su contrincante, que saldrá de la serie Toluca-Monterrey, y pese a la inmediata revancha tras perder su final anterior, ante Pumas, El Ojitos aclaró: no soy hombre de revanchas, no trabajo para Enrique Meza, sino para Cruz Azul, y me gustaría entregar buenas cuentas.

Morelia, azuzado por la necesidad, tomó la iniciativa y aprovechó el pasmo de los Cementeros. Durante media hora acosó el área celeste con desbordes, principalmente por el carril derecho, ante un expectante cuadro local. Fue tanto el vendaval de los michoacanos que al minuto 16 el zaguero Joel Huiqui, desesperado y derribado en el césped, despejó con la mano el esférico, justo cuando el brasileño Wilson Tiago se disponía a jalar del gatillo.

El silbante Paul Delgadillo, quien regresó a la actividad tras superar problemas de sobrepeso y acreditar exámenes físicos, no vio o no quiso marcar el penal, a pesar de reclamos del Morelia. Al 23, el ex cruzazulino Miguel Sabah estuvo cerca de abrir el marcador con un cabezazo que Huiqui alcanzó a desviar.

Las hostilidades fueron en serio y partieron desde el banquillo, porque el técnico local, Enrique Meza, y el visitante Tomás Boy no simpatizan y ni siquiera se saludaron, a pesar de que al final El Jefe Boy aclaró que no hay rencillas de ninguna especie y cada quien tiene su forma de ver las cosas.

Hasta la media hora de juego el goleador Emanuel Villa dio señales de vida con una llegada y un tiro centro muy desviado, y al 40 de acción Christian Riveros tocó la puerta con un disparo que se fue por encima.

Meza no esperó la conclusión del primer tiempo, pues al 39 quemó su primer cambio e ingresó a Javier Orozco.

Si hay un equipo que ha demostrado saber jugar los segundos tiempos es Cruz Azul, con todo y que debió probar el trago amargo del gol de desventaja al minuto 49. Luis Gabriel Rey dio pase bombeado hacia Sabah, quien con perfil derecho encaró al portero Corona y aprovechó un resquicio para clavar el balón, que entró pegado al poste izquierdo del guardameta. Los visitantes estuvieron cerca del segundo tanto al 56, cuando Hugo Droguett mandó un tiro cruzado que se estrelló en el palo izquierdo.

El estallido festivo de las porras michoacanas, que llegaron a la capital en cinco autobuses, duró poco. Al mismo tiempo, el desánimo y la violencia se desataron entre algunos miembros de la barra Sangre Azul, que se abalanzaron sobre el palco de Tv Azteca, bañaron de cerveza e insultos a cronistas y armaron bronca en los pasillos.

Varios uniformados entraron en acción para reinstalar el orden, pero los ánimos se apaciguaron con mayor eficacia tras el gol de Orozco. El Chuletita empató al minuto 58 con un centro de Jaime Lozano que el atacante cabeceó para darle dirección y ponerlo lejos de Moisés Muñoz.

El equipo local pareció motivarse y se mantuvo al ataque. César Villaluz recibió una falta de Mauricio Romero al borde del área, el silbante marcó y Villa fue al cobro; con inteligencia, el argentino cobró raso, la barrera saltó y la pelota se estrelló en el poste izquierdo, con tan mala suerte para la visita que chocó con Fernando Salazar y se incrustó, para el 2-1.

El ataque de los michoacanos se tornó desesperado y los Cementeros sobrellevaron las acciones mientras la locura cundía en las gradas con el cántico de oooeee, oe, oe, oe, Azul, Azul. Ooooeee, oe, oe... Huiqui salió lesionado de un tobillo y este domingo le practicarán estudios médicos.

El Jefe Boy accedió abatido, con el rostro triste y desencajado, a la rueda de prensa: el sentimiento es de frustración, pero estoy contento porque el equipo hizo un trabajo sensacional... Nos faltó dar el salto de calidad y el poste (en tiro de Droguett) fue la diferencia. Resaltó lo positivo: después de mucho tiempo se clasificó a la liguilla, a la Copa Libertadores y siempre estuvimos entre los cuatro mejores.

Meza comentó: estamos en una final y me parece que de alguna manera es merecido; no creo en la fortuna, pero lo cierto es que a veces entra (el balón) y a veces no. Aceptó que Morelia los dominó en el primer periodo, pero recuerden que Cruz Azul fue el más goleador de la liga. Agregó que aunque no busca revanchas ya Dios me puso en este camino y hoy tengo la ilusión, aspiro al título y soy un soñador... A todos mis clubes los quiero mucho porque me dieron trabajo, pero aquí es especial porque llegué cuando tenía 18 años: toda una vida.