El 2009 es el año de la ópera en tiempos del cólera. Por lo menos para México, según el titular de la compañía nacional de esa especialidad, Alonso Escalante. quien anteayer parafraseó a García Márquez para recordar la crisis económica mundial, además de que debieron suspenderse las actividades públicas en varias ciudades, entre ellas el DF, por la influenza AH1/NI.

A ello agregó que el Palacio de Bellas Artes, sede de la Compañía Nacional de Ópera (CNO), sigue cerrado por las obras de rehabilitación desde 2008, situación que obligó a ese grupo a utilizar recintos alternos, lo que, a su parecer, quizá podría haber desdibujado nuestra oferta.

En entrevista con motivo de la puesta en escena de una nueva producción de Cavalleria rusticana y Pagliacci –títulos que la CNO presentará en el Teatro de la Ciudad en un mismo programa, para cerrar así su temporada 2009–, Escalante consideró que no obstante la adversidad, los resultados son satisfactorios.

Para argumentarlo se basó en estadísticas de los más recientes 15 años de la CNO que demuestran que las 32 presentaciones públicas ofrecidas por la instancia este año –entre títulos operísticos, conciertos y recitales– superan la media de ese periodo, que es de 28.1 anualmente.

Si se toman en cuenta las condiciones tan difíciles a las que nos hemos enfrentado, no ha sido un año malo, reiteró.

Estar fuera de Bellas Artes, por ejemplo, permitió llegar y atender públicos a los que generalmente no llegábamos. Era una impronta social que teníamos que atender. Debimos verlo como una oportunidad más que como una limitación.

Las funciones de Cavalleria rusticana y Pagliacci serán en el Teatro de la Ciudad el 10, 13, 15 y 17 de diciembre. La dirección escénica y el vestuario están a cargo de César Piña, mientras la parte concertadora corresponde al italiano Marco Zambelli.