Víctimas del hospital Santo Tomás Los Elegidos de Dios, coincidieron en que por lo menos un policía adscrito a la Central de Abasto, al que llaman Comandante Águila, participaba en los operativos para levantar a los supuestos adictos y llevarlos a dicho centro de rehabilitación.

Cuatro hombres provenientes de Chiapas, estado de México y Nuevo León, relataron los malos tratos físicos y sicológicos de los que fueron objeto en ese supuesto centro de rehabilitación. Nos desnudaban, nos amarraban, nos hacían bañarnos con agua fría y nos golpeaban, señalaron, además de que manifestaron su temor a represalias por parte de sus explotadores, pues al menos seis padrinos no han sido aprehendidos, entre ellos el dueño de la casa donde los tenían privados de su libertad, al cual identificaron con el nombre de Manuel.

Pilar, Juan, Efraín y Miguel Ángel confirmaron también que fueron obligados a trabajar jornadas de hasta 16 horas, durante las cuales confeccionaban entre 40 y 60 mil bolsas de papel y hasta 80 mil pinzas para colgar ropa, sin recibir ninguna remuneración a cambio.

Los cuatro fueron levantados en las inmediaciones de la Central de Abasto, donde laboraban como cargadores o empleados de bodegas, cuando se dirigían a sus domicilios eran interceptados por una camioneta, a la que los subieron a golpes, incluso a Miguel Ángel lo amarraron por la resistencia que ofreció.

Los hombres recuerdan sobre todo los castigos a los que eran sometidos por contestarles, no trabajar o platicar entre nosotros, que consistían en mantenerlos amarrados y tenerlos de pie durante tres días, sin dejarlos moverse, golpearlos con palos, además de amenazarlos hasta de muerte.

Son personas de escasos recursos, algunos como Efraín, de 81 años, que no saben leer ni escribir, que no tuvieron oportunidad de avisar a sus familiares dónde se encontraban. Mi esposa ha de pensar que me fui con otra mujer, es muy celosa.

Tampoco olvidan la comida que les daban, toda echada a perder, el caldo (de pollo) era de color negro, las zanahorias podridas y un pan duro rompe muelas.

Entrevistados en las instalaciones de la Fuerza Antisecuestros de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, señalaron que además del Comandante Águila, el administrador del lugar, José Antonio Villa Ramos, era uno de los más crueles del grupo que los cuidaba.

Según Pilar, para poder salir de allí había dos formas: escapándose, lo cual lograron seis personas durante los tres meses que vivió allí, o ser rescatados por su familiares, que tenían que pagar 4 mil 500 pesos para que los dejaran ir, y eso sólo si tenían por lo menos tres meses en el lugar.

Sobre la investigación, la PGJDF informó que son 25 los detenidos acusados de pertenecer a esta red de trata de personas, luego de que se descubrió que dos se hacían pasar por víctimas y fueron identificados como Miguel Ángel Blancas Moreno y Raymundo Rodríguez Carbajal.

En tanto, Dilcya Samantha García Espinosa de los Monteros, subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito y Servicios a la Comunidad de la dependencia, informó que 60 por ciento de las personas rescatadas fueron levantadas y llevadas por la fuerza al hospital Santo Tomás Los Elegidos de Dios no presentan indicios de adicción, mientras que el resto fueron internados por familiares por su consumo de alcohol o drogas.

Agregó que unos 50 agraviados fueron entregados a sus familiares o amistades; cinco decidieron irse por su propio pie, 26 más fueron canalizadas al albergue Coruña y cuatro más fueron alojados en un hotel, mientras que 21 esperaban a sus parientes.

En cuanto a la procedencia de los afectados 35 son del Distrito Federal, 12 de Oaxaca, 11 de Veracruz, 11 del estado de México, nueve de Puebla, siete de Michoacán, siete de Guerrero, cuatro de Chiapas, Hidalgo, Tlaxcala y Guanajuato, respectivamente, y uno de Chihuahua, Nuevo León y Tabasco, respectivamente.