El Instituto Federal Electoral (IFE) prepara un esquema de rediseño institucional que permita absorber el recorte de 600 millones de pesos a su presupuesto, mediante el cual se podría compactar y restructurar ciertas áreas que eliminen la duplicación de funciones.

Asimismo, analiza flexibilizar su personal para no cubrir las vacantes, y emplear a sus trabajadores de forma más ágil en diversas áreas.

Debemos adoptar a corto, mediano y largo plazos esquemas de funcionamiento institucional mucho más austeros que nos permitan operar a futuro con menos recursos de los actuales, sostuvo el consejero Arturo Sánchez. Se trata –dijo– de que la revisión del presupuesto para absorber los 600 millones de pesos, que son muchos, se realice de manera paralela a una restructuración interna.

Señaló que existen algunos proyectos, como la urna electrónica, que en el futuro podría adoptar el instituto en aras de reducir los costos de la organización electoral. En el corto plazo –precisó– se pretende revisar las áreas donde aún existen ciertos vicios de duplicidad de funciones.

En tanto, su homólogo Benito Nacif aseveró que el IFE deberá avanzar en el diseño de una estructura institucional donde puedan coexistir dos aspectos que reduzcan el gasto operativo. Por un lado, el uso intensivo de nuevas tecnologías en diversas áreas que permita reducir las partidas destinadas para tales efectos, y paralelamente flexibilizar el uso del personal para que sea posible su movilidad en función de las necesidades del organismo. Puso como ejemplo que en ciertas etapas del proceso comicial, la carga laboral del Registro Federal de Electores (RFE) es muy intensa, mientras otras áreas de capacitación aún no tienen una demanda excesiva, lo que supondría la posibilidad mover al personal hacia las áreas con mas presión.

Asimismo –continuó–, cuando la carga del RFE se reduzca y la de capacitación se intensifique, operar de manera inversa, lo que supondría la eficientización del uso del personal. Con ello se podrían cancelar las plazas actualmente vacantes, no afectar a la plantilla actual de empleados y tener mayor rendimiento del personal del IFE.

Para Sánchez, este proceso de eficientización llevará tiempo. Sin embargo –dijo– en este momento el IFE deberá preservar las diversas acciones de austeridad que se aplicaron en este año, e incluso analizar otras a efecto de dar cuenta a la sociedad sobre cómo se absorbió la reducción de 600 millones de pesos en su presupuesto.