Exhortan a humanizar
los centros urbanos del país
Jueves 3 de diciembre de 2009, p. 10
El espacio físico urbano es reflejo de la construcción social y, por lo tanto, la desigualdad, el hacinamiento, la falta de un transporte público seguro, el caos vial y la falta de espacios verdes generan violencia.
En su segunda y última jornada, el foro interdisciplinario Orígenes de la Violencia, organizado por la asociación civil Incide Social, congregó a urbanistas, arquitectos, ingenieros, sociólogos y sicólogos que concluyeron que una de las fuentes generadoras de violencia es la forma en que se planean y desarrollan las ciudades.
En la ciudad de México hay 3.8 metros cuadrados de área verde por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 9 y 12 metros cuadrados de área verde
, expuso la arquitecta María Elena Martínez Carranza, consultora nacional del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos ONU-Hábitat en el Programa de Ciudades Seguras.
En el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología e Historia, la experta aseguró que una planificación inadecuada de las ciudades y una exclusión social no ayudan a reducir la violencia y dijo que en lo urbano tiene que ver con la forma en que se construyen los asentamientos, el acceso de la población a servicios de calidad y a una vivienda digna, con el hacinamiento y, entre otros factores, con la falta de un transporte seguro.
Propuso la participación comunitaria en las políticas públicas urbanas, rescatar las ciudades para los peatones impulsando un mejor transporte público, mantener espacios comunitarios para la ciudadanía, buena iluminación, accesibilidad para las personas con capacidades diferentes, incluir una perspectiva de género en los modelos de desarrollo y construir las mejores obras en asentamientos precarios.
Martha Schteingart, investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, señaló que la violencia urbana está más vinculada con la desigualdad que con la pobreza.
Mencionó espacios urbanos de extrema desigualdad como los barrios cerrados de ciudades como Buenos Aires, donde las clases pudientes construyen viviendas de lujo y levantan férreos sistemas de seguridad en las periferias urbanas junto a asentamientos precarios, provocando situaciones de marcado contraste social y potencializando la violencia.
El arquitecto José Luis Cortés, académico de la Universidad Iberoamericana, sostuvo que México vive el tsunami del proceso de la urbanización, ya que el país ha pasado de ser mayoritariamente rural a tener hoy 75 por ciento de la población urbana. Esto ha generado mucho caos, por lo que el reto de las siguientes dos décadas es arreglar el desorden que este proceso ha provocado.
Mencionó dos aspectos de este desorden que aumentan las situaciones de agresiones. Por un lado, el problema de la movilidad: un citadino tarda en promedio dos horas en ir al trabajo y otro tanto en volver a su casa, lo cual no sólo genera gasto social sino económico, ya que hasta 25 por ciento del ingreso de una familia se invierte en la movilidad.
Por otro lado, indicó la falta de zonas verdes y la alta densidad urbana que también crean tensión entre la ciudadanía, por lo que hay que empezar a humanizar las ciudades.