Barcelona, 1º de diciembre. El argentino Lionel Messi reaccionó con modestia a la conquista del Balón de Oro. Afirmó que cualquier compañero suyo en el Barcelona habría merecido el galardón que lo acredita como el mejor futbolista de la temporada.

El jugador atendió casi obligado a los medios de comunicación, pues no le gustan las comparecencias públicas. Y mientras buena parte de la prensa y del público argentino lo critican por no repetir en la albiceleste las grandes actuaciones que en el Barça, el mundo del futbol lo sigue alabando.

Luego de conquistar la Copa del Rey, así como las ligas española y de Campeones con su equipo, llegó la hora de reconocerlo y se convirtió en el primer argentino en obtener el Balón de Oro, con más del doble de puntos que su perseguidor, el portugués Cristiano Ronaldo, a quien superó en la votación por 473 a 233, ambos seguidos por los españoles Xavi y Andrés Iniesta, también del conjunto catalán.

Argentina ganó dos mundiales (1978 y 1986), y tiene una prolífica historia de talentosos jugadores, pero ninguno se había llevado el premio que otorga France Football. Las excepciones podrían ser Alfredo Di Stéfano (1957 y 1959), y Jorge Omar Sívori (1956), pero ambos lo consiguieron luego de naturalizarse español e italiano, respectivamente.

El galardón, que se entrega desde 1956, era sólo para europeos hasta que en 1995 se abrió a todo el mundo, razón por la cual Diego Armando Maradona no lo recibió en su momento.

Messi habló del orgullo de convertirse en el primer argentino en lograr la distinción. Sin abandonar su timidez, dedicó el trofeo a su familia, como siempre, y a todos mis compañeros. Y agregó: Porque ellos son los que me hicieron ganar gracias a los títulos del año pasado.

El Pulga fue la bandera de un Barcelona que comenzó la nueva campaña con la obtención de las supercopas de España y de Europa.

El técnico azulgrana Josep Guardiola señaló que Messi es capaz de dominar todos los registros del juego y la clave “está en su cabeza y en su enorme alma competitiva, que espero que no se detenga nunca.

Es resistente, rápido, hábil, tiene gol, va bien de cabeza y entiende el juego. Para ser el mejor hay que dominar todos los registros, y él los domina.