Sectores de académicos e investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) calificaron de fallida y opaca la administración de José Lema Labadie, rector general de esa casa de estudios, al asegurar que no sólo se aprobó la creación de dos nuevas unidades –Cuajimalpa y Lerma– sin ninguna reflexión ni participación real de la comunidad universitaria, ni se avanzó en la transparencia en el uso de los recursos ni en la consolidación de organismos colegiados plurales para la toma de decisiones.

Al concluir una gestión que enfrentó la huelga más larga en la historia de la institución –64 días–, además de la construcción de la cuarta unidad académica, así como la aprobación de un nuevo campus, un grupo de expertos en el sistema educativo nacional, con más de tres décadas de trabajo docente en la institución, afirmó que el periodo que concluye este 1º de diciembre deja muchos pendientes.

Entre ellos destacaron la necesidad de reducir la creciente burocracia, transparentar el uso de los recursos, generar la evaluación de las metas alcanzadas, reconstruir el tejido académico y recuperar una participación más plural en las decisiones prioritarias de la institución.

En la víspera de la toma de posesión de Enrique Pablo Alfonso Fernández Fassnacht para el periodo 2009-2013, quien sustituirá este martes a Lema Labadie al frente de la UAM, Manuel Gil Antón, especialista en sociología de la educación superior y catedrático de la UAM-Iztapalapa, afirmó que una de las características de esta gestión es que lejos de tener un plan de desarrollo se optó por el hinchamiento de la institución; es decir, se creció sin ninguna reflexión.

Agregó que se profundizó la brecha entre los órganos colegiados y la comunidad académica para la toma de decisiones. El resultado es negativo en lo que respecta a aceptar la autocrítica y las propuestas alternativas a los planteamientos oficiales, pues en la mayoría de los casos se les despreció. Las decisiones claves para la institución se tomaron sin entender que la universidad también es un espacio de pluralidad de ideas.

Hugo Aboites Aguilar, experto en educación superior y profesor-investigador de la UAM-Xochimilco, aseguró que al concluir los cuatro años de rectoría de Lema Labadie hay un balance desastroso.

No sólo fue una administración fallida que rápidamente erosionó las expectativas de cambio y transformación para hacer de la UAM una institución con mayor presencia nacional. Se transformó en un periodo opaco en el que nunca se dieron cuentas claras en la aplicación de los recursos públicos, indicó.

Conflictos sin resolver

Electo como rector general para el periodo 2005-2009, Lema Labadie enfrentó diversos conflictos durante su administración. Se destacan las 11 irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la compra de un predio –en marzo de 2005, durante la gestión de su antecesor, Luis Mier y Terán–, por 187 millones de pesos para la construcción de la unidad Cuajimalpa sin contar con los permisos de uso de suelo, situación que derivó en 2008 en la presentación de una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República (PGR) por presunto daño patrimonial, sin que hasta el momento se haya dado a conocer el resultado.

Ese mismo año, el Sindicato Independiente de Trabajadores de esa casa de estudios (SITUAM) estalló la huelga más larga en la historia de la institución, al rechazar el tope salarial y demandar una revisión contractual, ante lo que se calificó de continuas irregularidades en la contratación del personal docente de la UAM-Cuajimalpa.

A esto se agrega que en mayo pasado se aprobó la creación de una nueva unidad académica en Lerma, estado de México, pese a la creciente oposición de un sector de investigadores que alertó sobre el riesgo de iniciar un nuevo proyecto de expansión sin tener construida la sede definitiva de la cuarta unidad académica en Cuajimalpa y en el contexto de crisis económica del país.

Aboites Aguilar indicó que la gestión saliente se caracterizó por su opacidad, pues se va sin dar a conocer si hubo resultados de la demanda ante la PGR por el caso Cuajimalpa y sin saberse si se atendieron todas las irregularidades que presentó la ASF.

Tampoco sabemos, agregó, cómo y con qué recursos se va a construir la unidad Lerma, luego de que en el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para 2010, la UAM fue la única universidad pública federal a la que se le recortó más de 80 por ciento de sus recursos extraordinarios al pasar de 600 a 68 millones de pesos, sin que se conozcan los motivos.

Luis Berruecos Villalobos, profesor-investigador experto en adicciones y en la aplicación del modelo modular de aprendizaje en la UAM, señaló que si bien hubo aciertos en la actual gestión, uno de los temas prioritarios, la reforma a la carrera académica, quedó trunca, pese a que fue un buen planteamiento.

De igual forma, indicó, tampoco se avanzó en detener el crecimiento desmesurado de la burocracia interna, ya sea porque el rector no pudo o no supo hacerlo, pero es una realidad que se refleja cotidianamente. A esto se suma la falta de claridad en la distribución de los recursos en las distintas partidas presupuestales.

Nueva administración

En cuanto a los retos que enfrentará la nueva administración, Romualdo López Zárate, experto en gobernabilidad en universidades públicas y catedrático de la UAM-Azcapotzalco, destacó que una de las tareas prioritarias de Fernández Fassnacht será la integración de un equipo de trabajo plural, que incluya las distintas visiones de la universidad, para garantizar que habrá sensibilidad con todas las ideas y no sólo con las de algunos grupos internos. Tener esa sensibilidad es un tema prioritario.