Lunes 30 de noviembre de 2009, p. 23
Madrid. Un agente de la Guardia Civil española que la madrugada del domingo resultó herido en el cuartel de la localidad navarra de Leitza, en el noreste del país, supuestamente tras un tiroteo con miembros de ETA, pudo haber fingido el ataque, señalan las primeras pesquisas. Los investigadores constataron que la munición que se encontró en el lugar es similar a la que habitualmente emplea la Guardia Civil y no corresponde con la que utiliza el grupo armado vasco.