¡Kuuumbala!, ¡Kuuumbala!, ¡Kuuumbala!. Se escuchaban los gritos del público de todas las edades, ya sudoroso de tanto brincar y bailar en la explanada del Faro de Oriente, bajo una hermosa luna creciente.

Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio reservaron para el final esta canción, tan querida por los seguidores de la banda de rock, que, paradójicamente, es más bien un danzón.

Este grupo es popular por hacer un rock auténticamente mexicano, que –sobre todo en el disco El Circo (1991)– toma lo que ocurre en las calles chilangas y lo transforma en canciones.

Luego de los acordes iniciales del saxofón, el vocalista Roco estiró el micrófono hacia el público para que se arrancara con la canción que ya es más suya que del grupo: Luz, roja es la luz, luz de neón, que anuncia el lugar: baile Kumbala Bar.

El cantante, de pantalones guangos y pachucos, dio unos pasitos de baile. Y mientras cantaba y en la pista una pareja, se vuelve a enamorar, en la explanada, una de éstas se besaba.

Salieron los infaltables celulares para grabar la pieza, que seguramente en unas horas ya estaría en youtube.

Todos a brincar

Sol, no entiendes lo que pasa aquí; ésta es la maravillosa noche, aquí en el Faro de Oriente, transformó la letra Rocco.

El ritmo aceleró y se transformó en un ska-danzón, y todos a brincar. En el escenario, el guitarrista Pato y Roco bailaban en este circular colectivo que es la vida, dijo Roco.

Y Circular colectivo es el nombre del más reciente disco de Maldita Vecindad, que pronto estará en tiendas y fue el motivo primordial para realizar este concierto. Luego de 11 años lanzaron el muy anunciado álbum, del cual ya se conocen un par de canciones, entre ellas Fut callejero (pura diversión).

Tocaron En el país de no pasa nada, incluida en la nueva producción. Entre el público –que según los organizadores llegó a entre 7 y 8 mil personas– había familias enteras, mujeres con bebés en brazos, hombres con niños sobre sus hombros, y muchos jóvenes. Esta variedad suele darse en el Faro de Oriente, donde muchos de quienes van son vecinos de esta zona de Iztapalapa y el estado de México, e incluso varios toman los talleres que se imparten aquí.

Fue notorio cuando Zopi, vocalista y bajista de Los Rastrillos y maestro del Faro, se subió al escenario y fue recibido con gritos de aprobación.

Antes, Ulises del Valle Ramírez y Damián Camacho, parte de la comisión que representó al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco, se subieron al escenario para exigir la libertad de los 12 presos políticos integrantes del frente y, respecto del concierto, dijeron: Si no hay canto, no hay rebeldía. Tiene que haber baile, canto, para que haya esperanza.

También mencionaron la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME): Si Atenco pudo, el SME va a poder. Aprovecharon para invitar a un concierto, el próximo día 13, en la Plaza de San Salvador Atenco, en el cual participarán, entre otros, Panteón Rococó, Los de Abajo y Roco y Moyenei. Culminaron con un ¡La Maldiiita vive! ¡La luucha sigue!

A lo largo de los 25 años de historia del grupo, han participado de distintas maneras en numerosas luchas sociales.

Invocación de Tin Tan

Se escucharon los primeros acordes de la célebre canción Pachuco, y con ellos, gritos de emoción del público. Roco miró al cielo como si invocara a Tin Tan y Sax hizo su tradicional clavado y se dejó caer de espaldas sobre la gente de las primeras filas.

Había quienes antes habían tenido temor de que se saliera de control el concierto, por la cantidad de gente que convocaría Maldita Vecindad. Pero todo transcurrió en tranquilidad. El Faro de Oriente, espacio de libertad, paz y baile, dijo Roco. La gente baila y goza en paz y resistencia.

Los Hijos del Quinto Patio (el bajista Aldo, Pato, Sax y Roco) estuvieron acompañados por Kino Domínguez (teclados), Jesús Méndez (percusiones), Johnny Molina (batería).

Yucatán a go go fue el encargado de abrir la jornada musical Festival Aliados sin Fronteras.