Altos funcionarios rusos, entre las decenas de muertos; neonazis se adjudican el ataque
Domingo 29 de noviembre de 2009, p. 25
Moscú, 28 de noviembre. Un atentado con bomba provocó anoche el descarrilamiento del Nevsky Express, el tren más rápido entre Moscú y San Petersburgo, y dejó un saldo de decenas de muertos –26 ya confirmados y al menos otros 18 que las autoridades consideran desaparecidos sin rastro
– y más de un centenar de heridos, la mitad en estado grave.
En la primera lista de fallecidos que se acaba de difundir, figuran varios altos funcionarios, entre ellos Boris Evstratikov, director de la agencia federal de reservas estatales de Rusia, y Serguei Tarasov, ex senador y jefe del servicio federal de carreteras.
A medio camino entre esta capital y la segunda ciudad de Rusia, cerca de la localidad de Bologoye, cuando el tren expreso alcanzaba una velocidad de 200 kilómetros por hora y le faltaba poco más de dos horas para llegar a su destino, una deflagración hizo que descarrillaran los tres últimos vagones del convoy, en los cuales viajaban 204 pasajeros, según los boletos vendidos.
El director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, siglas en ruso de la dependencia sucesora del KGB), Aleksandr Bortnikov, al informar hoy al presidente Dimitri Medvediev sobre el curso de la investigación, afirmó que, de acuerdo con datos preliminares, se hallaron fragmentos de un artefacto de fabricación casera con una potencia equivalente a siete kilogramos de trilita o TNT.
Esta mañana, cerca del lugar del atentado y mientras se seguía buscando sobrevivientes entre los escombros, explotó una segunda bomba de menor potencia, sin causar más víctimas, reportó Vladimir Yakunin, director general de los ferrocarriles rusos, en una videoconferencia con el Kremlin.
El atentado ocurrió apenas unos días después de que el propio Yakunin invitó al presidente Medvediev al primer viaje comercial del nuevo tren de alta velocidad Sapsan, que a partir del 18 de diciembre hará la ruta entre Moscú y San Petersburgo en tres horas y 45 minutos, mientras el Nevsky Express efectúa el mismo recorrido en cuatro horas y media.
Hay versiones contradictorias de si la bomba explotó junto a la vía, al paso del convoy de 14 vagones –13 de pasajeros y uno restaurante– o si el estalló involuntariamente en el noveno vagón. Por ello, la procuraduría rusa, según su portavoz Vladimir Markin se centra en dos líneas de investigación fundamentales: atentado terrorista y tráfico ilegal de explosivos
.
Tampoco es claro quién puede estar detrás del atentado, la hipótesis más probable, más allá de que un llamado Combat18-Nevograd, grupo nacionalista de extrema derecha, reivindicó su autoría hoy en un comunicado difundido en el segmento ruso de Internet, pero sin aportar prueba alguna.
Los supuestos responsables del atentado se posicionan como ala armada de Honor y Sangre, organización neonazi inspirada en la matriz británica, que inicia acciones de combate independientes (de la sede en Moscú) en el territorio ocupado (por los inmigrantes) y exterminará por todos los medios a los enemigos de la raza blanca
.
Al margen de la bravata fascistoide, los expertos no encuentran elementos que demuestren que ese grupo realmente llevó a cabo el atentado, aunque –apuntan– el comportamiento de los ultranacionalistas rusos es imprevisible.
Otros analistas políticos rusos no descartan que el atentado explosivo haya sido perpetrado por grupos islamitas radicales, a partir de las similitudes que encuentran con el ocurrido en la misma ruta, el 13 de agosto de 2007.
En aquella ocasión, el Nevsky Express también descarriló por un bombazo, aunque no hubo muertos, si bien 60 heridos. Se imputa a dos ingushes, que en el juicio en su contra se declararon inocentes, la autoría de ese atentado, presuntamente ordenado por la cúpula de los separatistas chechenos.
Sin embargo, de tener ahora el mismo origen, sería la primera vez que los islamitas radicales de este país cometen un ataque de esa sangrienta magnitud el primer día del Kurban Bayram, comienzo de los sacrificios de cordero, una celebración sagrada para los musulmanes de Rusia y de todo el mundo.