Para el público que piensa que la Cineteca Nacional es únicamente un lugar donde se exhiben buenas películas, su director, Leonardo García Tsao, y la directora de acervos de la institución, Ángeles Sánchez Gutiérrez, develan en entrevista con La Jornada: “A nivel de archivos fílmicos internacionales somos los más grandes en América Latina; en el mundo estamos entre las grandes si se considera pequeña a una con 600 títulos, las importantes son las que pasan de 75 mil y nosotros tenemos casi el doble, porque recientemente remodelamos las bóvedas con estantes móviles y resguardamos 140 mil películas.

Además de estás cuatro bóvedas, tenemos una con material iconográfico y una sexta, rentada por así decirlo, en Ciudad Universitaria, donde guardamos el material de nitrato de celulosa”.

El colaborador de La Jornada agrega: En 2006 llegamos a una saturación de materiales, dos estaban totalmente llenas y otras dos a punto de llenarse, entonces adquirimos estos estantes de almacenamientos de alta densidad, con los cuales los materiales están mejor almacenados y ganamos un 40 por ciento de espacio, es decir, al crecimiento actual tendremos espacio para los próximos cinco a siete años.

Las calaveras del terror

El también crítico de cine agrega que esta remodelación se hizo porque: “Estos estantes comprimen los espacios muy fácil, no hay pasillos, tú lo haces. En seis bóvedas el acervo es de 140 mil películas, tenemos muchas clásicas, pero tambien rarezas. Hace poco nos donaron Las calaveras del terror, serial de Fernando Méndez, una especie de western muy raro. También tenemos muchas películas únicas... El nuevo mobiliario se hizo a la medida, los espacios al tamaño de la lata”.

Tajante y mirando los espacios de las bóvedas, Leonardo menciona: “Estas bóvedas son lo sustantivo de la Cineteca Nacional, la gente se va con la finta de que únicamente es un conjunto de salas donde se exhiben buenas películas, pero la labor de una Cineteca es preservar un patrimonio fílmico. En el mundo hay cinetecas y cinematecas que no tienen salas de cine, nosotros somos privilegiados en poder juntar la difusión y la preservación. Lo más importante es lo que la gente no ve de este legado, que obviamente no se sacan ni se prestan a cualquiera; claro, de vez en cuando las exhibimos para orearlas. Está también mal entendido que somos un blockbuster para prestar, no son para uso cotidiano, ni siquiera tenemos los derechos, únicamente la posesión de las copias”.

Leonardo García Tsao extiende: Ha llegado gente a preguntarnos si los edificios que hay atrás son oficinas u otras salas, cuando la realidad es que se encuentran cuatro bóvedas con los títulos en los formatos de 35 y 16 milímetros, tanto positivos como negativos. Las bóvedas están ambientadas a la temperatura y nivel de humedad requeridos por las normas internacionales fijadas por la FIAF (Federación Internacional de Archivos Fílmicos) para mantener el material en óptimas condiciones y así aplazar su deterioro natural.

Ángeles Sánchez Gutiérrez, toma la palabra y enfatiza que estos anaqueles canadienses evitan, por la separación entre cada uno, que se originen hongos; existe un sistema de purificación de aire y hay un monitoreo permanente para conservar el nivel de clima, de 13 grados centígrados.

Líderes en protección técnica

García Tsao comentó: Los anaqueles se mueven con gran facilidad, sólo debes quitar el seguro. Caben aproximadamente entre 45 y 49 mil rollos, dependiendo el formato, por cada bóveda. Ahora tenemos más de 100 mil rollos, y a diferencia con otros acervos en el mundo, en la Cineteca Nacional somos líderes en la protección técnica.

La inversión para mantener en óptimas condiciones todo el material es muy elevada, subrayó García Tsao. Es lo más caro de nuestro presupuesto, tanto el acervo documental, iconográfico y videográfico requieren de un cuidado constante, hay 25 personas encargadas de todo esto.

La Cineteca Nacional, al igual que otras instancias gubernamentales, ayuda a preservar los bienes culturales acumulados por tradición o herencia pertenecientes a toda la nación. El acervo no fílmico, conservado en una quinta bóveda, está dividido en archivo videográfico y uno iconográfico: el primero está formado por una colección de casi 30 mil ejemplares; el segundo, por más de 330 mil piezas de materiales tales, como fotografías, carteles, fotomontajes, diapositivas y negativos.

También forman parte de la colección antiguos equipos de proyección, mesas de edición y otros objetos, informó Félix Berdeja, encargado de la Iconoteca.

Ángeles Sánchez Gutiérrez reveló que la institución custodia el negativo original de El automóvil gris (1919), de Enrique Rosas.

Indicó que por lo menos el 23 por ciento de los negativos de las películas mexicanas de ficción está perdido. Es poco a diferencia de las estadísticas que tiene el cine de Hollywood, pues leí que está perdiendo hasta un 50 por ciento.

Finalmente Leonardo concluye: El próximo reto es que el personal que preserva todos estos archivos está a punto de la jubilación y la mayoría es personal calificado, pero de eso nos encargaremos cuando llegue.