El presidente Felipe Calderón se pronunció por que los partidos políticos sean fiscalizados al ser los primeros obligados, antes que otras instancias, a rendir cuentas en un país donde esta tarea no admite excepciones.

Al respaldar la opinión del titular de la Auditoría Superior de la Federación, Arturo González de Aragón, en cuanto a instaurar la fiscalización de los partidos, el michoacano planteó que no debe ser mal interpretada ninguna autonomía, sea política, administrativa o académica, como un privilegio que exceptúa de la rendición de cuentas de los recursos públicos.

La celebración de los 185 años de existencia de la entidad de fiscalización superior del país fue el foro para que Calderón deplorara la permanencia de la corrupción en México y abogara por la rendición de cuentas. Nada he ocultado ni tengo que ocultar. Y creo que nadie en el gobierno debe ocultarse, no sólo en el ámbito federal, sino en los ámbitos estatales y municipales. No sólo en el Poder Ejecutivo, sino en el Legislativo y en el Poder Judicial.

El Presidente elogió en varias ocasiones a González de Aragón un día después de que PRI, PAN, PRD y PT se pronunciaron contra su permanencia en el cargo para un siguiente periodo, inconformes porque había llamado a los integrantes de los partidos mafias, travestis y trapecistas.

En la sede de la ASF, Calderón aseguró este viernes que en ocho años el auditor superior ha transformado el rostro de la fiscalización en el país, ejerciendo una labor responsable desde una instancia que ha sido, por primera vez, imparcial e independiente. Destacó que ha sido un contrapeso esencial para vigilar el uso de los recursos públicos en estados y municipios.

Fue cuando señaló que no podía más que estar de acuerdo con el planteamiento del auditor, de que la fiscalización de recursos públicos no debe admitir excepciones y debe extenderse a cualquier entidad y dependencia y órgano que maneje recursos públicos.

Trátese, como el caso que él señala y con lo cual estoy totalmente de acuerdo, de los partidos políticos que también deben ser fiscalizados, y tienen la obligación, primero, quizá, que otras instancias, de rendir cuenta puntual de los recursos públicos que utilizan.

En la misma línea de González de Aragón, aseguró que no tiene preocupación ni percibe debilidad, sino fortaleza en avanzar en el compromiso de impulsar una verdadera cruzada por transparentar los recursos públicos y por rendir cuentas a los ciudadanos.

Como parte de sus coincidencias con González de Aragón, lamentó además que la Secretaría de la Función Pública haya visto una reducción de más de 2 mil millones de pesos en el presupuesto, aunque dijo que eso será un acicate para que su labor de fiscalización se extienda con mayor eficacia en el país.

Pese al fortalecimiento de las instancias fiscalizadoras, se quejó de que aún perdura la corrupción en diversas instituciones y en los tres órdenes de gobierno, ya que que prevalecen las cuotas, los diezmos y las mordidas para los permisos, autorizaciones y licencias.

Ante funcionarios y empleados de la ASF, del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y de los secretarios de la Función Pública, Salvador Vega Casillas, y de Gobernación, Fernando Gómez Mont, reiteró su compromiso de erradicar la corrupción.

Tras enumerar las medidas que ha tomado su gobierno para la rendición de cuentas, adelantó que prepara un paquete de reformas legislativas para fortalecer el control y la fiscalización en el Ejecutivo.

¿Y la fiscalización de los sindicatos?

El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, expresó sus coincidencias con Calderón en cuanto a que las autonomías no pueden ni deben ser excusas para la opacidad. Sin embargo, cuando se le preguntó si los sindicatos deben ser fiscalizados, señaló que debe analizarse caso por caso.

Consideró que los sindicatos deben ser atendidos con más cuidado, porque los pagos del patrón no siempre se convierten en recursos públicos; además acotó que cada quien se organiza como encuentra mejor organizarse.