Montevideo, 26 de noviembre. Uruguay cerró este jueves la campaña hacia las elecciones presidenciales que en tres días decidirán si un ex guerrillero mantendrá a la izquierda en el poder o volverá al gobierno un ex mandatario conservador.

Seis sondeos de intención de voto anticiparon una cómoda victoria el domingo de José Mujica, del gobernante Frente Amplio, sobre Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, una de las dos corrientes políticas históricas del país.

Las encuestas dieron entre 49.1 y 50 por ciento a Mujica y entre 41 y 42.7 por ciento a Lacalle, una ventaja considerada prácticamente irreversible por analistas, salvo una catástrofe.

A la medianoche comienza una veda a toda propaganda proselitista, para un período de reflexión que se extenderá hasta el domingo, cuando 2.56 millones de los 3.3 millones de habitantes del país están habilitados para votar.

En la noche del sábado también entrará en vigencia una prohibición a la venta de bebidas alcohólicas, que regirá hasta terminada la votación del domingo en Uruguay, donde el sufragio es obligatorio.

El Frente Amplio, que llevó a la izquierda por primera vez al poder en Uruguay en las elecciones del 2004, cerró la campaña con una movilización en una de las playas de Montevideo con la presencia de Mujica, de 74 años, y de su compañero a la vicepresidencia, el ex ministro de Economía Danilo Astori.

Miles de simpatizantes marcharon envueltos en banderas con los colores rojo, azul y blanco de la coalición de izquierda hasta la costa, donde habían espectáculos musicales y estaban previstos fuegos artificiales para finalizar la jornada.

Mujica ha evitado el triunfalismo y en un programa radial dijo el jueves, con su típico hablar popular, que no se debía poner la carreta delante de los bueyes.

?Existe como un aire un poco eufórico que nos parece que no es el recomendable para un momento electoral, porque en definitiva la verdadera encuesta es la decisión que tome el pueblo uruguayo” el domingo, dijo por la tarde a periodistas.

El ex guerrillero, con un fuerte apoyo de las masas populares, ha prometido seguir las políticas del saliente presidente frentista Tabaré Vázquez, quien se retirará con una popularidad récord.

Con una política económica sana, diseñada por Astori, Uruguay evitó caer en recesión como consecuencia de la crisis financiera global y se espera que en el 2009 crezca por séptimo año consecutivo.

Por su parte, Lacalle, de 68 años, cerró su campaña con un acto en la céntrica Plaza Independencia, donde acompañado por su candidato a vicepresidente, Jorge Larrañaga, rindió homenaje al héroe nacional José Artigas.

Seguidores del candidato, con banderas de Uruguay y del PN, escucharon los discursos que los integrantes de la fórmula pronunciaron al pie del monumento al prócer.

En el acto también estuvo presente Pedro Bordaberry, quien fue candidato a la presidencia en los comicios generales de octubre por el Partido Colorado, el otro partido histórico de centroderecha del país, que manifestó su apoyo a Lacalle.

?Hagamos una reflexión previa, porque las consecuencias se prolongan en el tiempo y no vale un arrepentimiento tardío o un cambio de idea después de esa oportunidad”, dijo Lacalle.

?Estas no son banderas que se agitan en son de batalla ni con otra intención que la de unificación. Aquí nadie está contra nadie, aquí estamos por una opción que queremos defender”, agregó.

Pese a los vaticinios en su contra de las encuestas, en los que coinciden una mayoría de analistas políticos, el veterano político, cuya percibida actitud elitista le ha jugado una mala pasada entre los electores, desdeñó las previsiones.

El ex mandatario criticó el miércoles de noche a las encuestadoras por realizar proyecciones sobre el voto de los indecisos, que llegan hasta 7 por ciento, ya que se salen de la función científica para pasar a la de politólogos.

Lacalle se abstuvo de anunciar cambios radicales en caso de llegar al gobierno, y prometió la eliminación de algunos impuestos, así como mejorar la seguridad pública, el punto débil del gobierno del Frente.