Tegucigalpa, 21 de noviembre. El presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, cumplió este sábado dos meses refugiado en la embajada de Brasil desde que regresó clandestinamente al país, sin haber logrado su restitución y luego de que Estados Unidos ha decidido avalar prácticamente las elecciones generales del 29 de noviembre organizadas por el régimen de facto de Roberto Micheletti.

Mientras, Micheletti confirmó su retirada temporal del poder entre el 25 de noviembre y el 2 de diciembre para facilitar las elecciones, tras haber consultado su decisión en la noche del viernes con representantes de la sociedad civil, empresarios, aliados políticos y pastores evangélicos, a quienes informó que Washington enviará observadores a los comicios.

La decisión estadunidense de enviar observadores obedece a su decisión de retirarse por unos días del cargo presidencial que ostenta tras el golpe de Estado del 28 de junio, de acuerdo con declaraciones del Comisionado Nacional de Derechos Humanos Ramón Custodio. El comisionado afirmó que ese gesto del gobernante de facto legitima el proceso electoral.

En la reunión tuvo la confianza de decirnos que el mensaje que había recibido de Washington es que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, estaba prácticamente anunciando que legitimaba observadores electorales el 29 de noviembre, citó.

Pelosi, de la bancada la demócrata, dijo en Washington que sus colegas republicanos no podían enviar una misión de observadores de manera unilateral a Honduras, si esta delegación no está integrada también por demócratas.

En ese contexto, Custodio expresó: creemos que hemos salido adelante, hemos dado un gran paso hacia la identidad nacional.

El 2 de diciembre el Congreso hondureño –de 128 diputados de cinco partidos, dominado por fuerzas de derecha– debe resolver sobre el punto 5 del acuerdo Tegucigalpa-San José del 30 de octubre, signado entre representantes del régimen golpista y del gobierno constitucional, sobre si restituye al presidente Zelaya.

Pero Zelaya, que mantiene el reconocimiento de la mayoría de los países latinoamericanos, dio ya por incumplido el acuerdo y denunció la jugada de Micheletti de ausentarse del poder al calificarla de pretensión de legitimar y blanquear el golpe de Estado y ocultar la verdad y los crímenes cometidos contra el pueblo, la Constitución y la democracia.