Quito, 21 de noviembre. El presidente ecuatoriano Rafael Correa manifestó este sábado estar muy preocupado por las tensiones políticas entre Caracas y Bogotá, pero respaldó la postura crítica de su homólogo venezolano Hugo Chávez con respecto a la instalación de siete bases militares estadunidenses en territorio colombiano.

En su calidad de líder pro tempore de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Correa afirmó que este conflicto y el que se está desarrollando entre Chile y Perú, por acusaciones de este último país a causa de un supuesto espionaje llevado a cabo por Santiago, serán abordados en la próxima reunión del organismo regional, que se realizará el viernes 27 de noviembre en Quito.

He mandado una carta expresando mi preocupación como presidente de la Unasur a las diferentes naciones miembros por los conflictos que se están dando. No es verdad que no nos hemos preocupado, afirmó Correa, en respuesta al canciller de Colombia, Jaime Bermúdez, quien hace unos días consideró que el mecanismo sudamericano no se había ocupado seriamente respecto de las amenazas de guerra de Caracas.

Sin embargo el mandatario de Ecuador señaló que la cuestión de fondo entre Colombia y Venezuela no son las declaraciones de Hugo Chávez, sino la decisión de Colombia de permitir la entrada de soldados estadunidenses a su territorio para realizar –según Bogotá– operaciones conjuntas contra el narcotráfico y el terrorismo.

“El problema de fondo no es que Chávez diga ‘me preparo para la guerra’, sino que tenemos siete bases norteamericanas en Colombia y eso sí es una preocupación para toda la región. Al presidente Chávez le sacan todo de contexto para desprestigiarlo”, señaló.

Además de Venezuela y Ecuador, otros países de la región han manifestado sus preocupaciones y reservas sobre la llegada de marines a Colombia –anunciada en julio pasado–, entre ellos Bolivia, Argentina y Brasil, los que en diversos tonos consideran que esta decisión puede provocar tensiones innecesarias y una escalada armamentista en Sudamérica.

En días recientes el conflicto colombo-venezolano se tensó aún más luego que militares venezolanos volaron dos puentes fronterizos, con el argumento de que por ahí pasaban grupos armados irregulares a su territorio, lo cual fue calificado por Bogotá como una agresión bastante preocupante.

Las relaciones entre Colombia y Ecuador, mientras tanto, apenas comienzan a restablecerse, luego que ambos países rompieron relaciones diplomáticas en marzo de 2008, a causa de un bombardeo de la aviación colombiana a un campamento de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en territorio ecuatoriano, sin previa autorización de Quito.

Por su parte, el presidente colombiano Álvaro Uribe afirmó hoy que su país no tiene intenciones de agredir a ningún otro de la región, y criticó de nuevo la destrucción de los dos puentes en la frontera con Venezuela.

Lo único que queremos los colombianos en nuestra patria y la patria mayor, que es la de Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia, la patria de Simón Bolívar, es poder prosperar con las herramientas fecundas del trabajo y nunca destruir a nuestros pueblos con los fusiles de la guerra, dijo el mandatario al encabezar un consejo comunal en la ciudad de Cúcuta, cercana a Venezuela.

Uribe enfatizó que, después de 200 años de conflictos entre ambas naciones, que han impedido la prosperidad de la región, Colombia no se puede entretener en la violencia interna ni dejarse llevar a las provocaciones de las guerras internacionales, menos en las guerras entre hermanos.

A pesar del tono aparentemente conciliador, el mandatario no dejó pasar la oportunidad para criticar de nuevo el tema de los puentes y el asesinato aún irresuelto de varios ciudadanos colombianos –supuestamente miembros de grupos paramilitares– en la frontera con Venezuela, hace semanas.

Al respecto, Hugo Chávez declaró el pasado viernes que la destrucción de los puentes peatonales fue una operación de rutina del ejército venezolano y lamentó que Colombia quiera presentar el hecho como una agresión.

Uribe anunció también que apoyará a los productores o comerciantes colombianos que estén resultando afectados por el conflicto, y dijo que su país no suspenderá el envío de gas y energía eléctrica a Ecuador y Venezuela, sólo lo reducirá por cuatro días a causa de trabajos de mantenimiento en las plantas generadoras.

En medio de este ambiente de tensión, las autoridades venezolanas anunciaron hoy el arresto de la colombiana Magaly Janeth Moreno, solicitada en su país de origen por el cargo de homicidio y por desempeñarse como supuesto enlace entre grupos paramilitares y cuerpos de seguridad del gobierno, como el ejército, la policía y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).

De acuerdo con el ministro venezolano del Interior, Tareck el Aissami, Moreno era persona de confianza del ex fiscal general colombiano Camilo Osorio, actual embajador en ciudad de México, lo que demuestra que parte del aparato de gobierno de Uribe se sostiene sobre la base del narcotráfico y el paramilitarismo.

En respuesta, el ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva, celebró que por primera vez en mucho tiempo Venezuela captura a criminales colombianos en su territorio, sin hacer comentarios de los supuestos vínculos de la detenida con Bogotá.