Juego de volteretas entre Puebla y celestes
Domingo 22 de noviembre de 2009, p. a14
Puebla, Pue., 21 de noviembre. Puebla jugó para la tribuna y con un planteamiento abierto forzó al Cruz Azul a brindar gran espectáculo que incluyó múltiples errores defensivos, pero redituó en un partido vibrante y de volteretas que concluyó con un 4-4 –dos goles de Jaime Lozano–, marcador favorable a La Máquina, que de mantener la igualada tendría el pase a semifinales.
Un trepidante arranque tuvo el choque, pues a escasos 14 segundos, cuando la afición apenas comentaba sobre las desteñidas cabelleras de los Camoteros, el equipo anfitrión inauguró el tablero con anotación del uruguayo Nicolás Olivera.
Su coterráneo Alejandro Acosta proyectó el esférico hacia el frente con largo pelotazo, Fausto Pinto lo ganó, pero se equivocó al dejarlo en los pies de Olivera, quien sacó un riflazo, la pelota dio un bote y luego se le escurrió al sorprendido José de Jesús Corona.
Después Gilberto Mora cometió una falta sobre Christian Riveros; al cobro fue Lozano, cuyo toque fino puso en aprietos al guardameta Jorge Villalpando, quien en su salida se fue en falso y chocó con un defensa; los Cementeros buscaron el esférico que rodó hasta quedarle a Melvin Brown, quien de media vuelta empató 1-1, al minuto 12.
Villalpando se atareó ante nuevas arremetidas, hizo un apurado desvío hacia arriba y luego despejó de puños, mientras Lozano cobró tres tiros de esquina. El nerviosismo en el área poblana era evidente y la voltereta llegó al minuto 21, cuando Lozano dio pase retrasado a Gerardo Torrado, quien lanzó un cañonazo inalcanzable para el portero (1-2).
Pero si hay un equipo que le pone corazón ese es el que dirige José Luis Sánchez Solá, quien con gran tino sacó a Pablo Ajá al minuto 26 y metió a Nicolás Vigneri. La reacción fue inmediata: Felipe Ayala centró desde la izquierda y el espigado Acosta ganó en el salto a Brown para conectar certero cabezazo (2-2).
Luego del beso que el Chelís dio en la calva a su defensa goleador, el cuadro de La Franja demostró que los yerros en la zaga también son el punto flaco de Cruz Azul, pues tras un saque de banda, Acosta peinó hacia Olivera, quien le aplicó un frentazo al balón, y Vigneri definió el 3-2.
La alegría en la banca celeste se esfumó. Peor aún cuando en la agonía del primer tiempo Puebla consiguió un tiro de esquina que Jared Borgetti, con su mechón blanco, remató a placer. Un cabezazo con el sello del mejor goleador mexicano que entró cerca del ángulo superior izquierdo.
Para el complemento, Enrique Meza superó tácticamente a su adversario: sacó a César Villaluz e ingresó a Joel Huiqui, reorganizó la defensa y su ataque lograba pisar el área rival, aunque sin gran peligro, hasta que Borgetti perdió la cabeza, atrapó una pierna al Jimmy y el árbitro Erim Ramírez marcó la pena máxima, que concretó Lozano con tiro raso, al minuto 51, para acortar a 4-3.
Puebla ya casi no llegó ante el marco enemigo y cayó en el juego violento, para terminar con 10 hombres, por la expulsión de Roberto Juárez (90). Lozano anotó el 4-4 cuando cabeceó un centro de Rogelio Chávez, al 81.
