Opinión
Ver día anteriorSábado 21 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Ayudadita del Inegi para apuntalar el dicho sobre el fin de la recesión

Brasil se consolida como la primera economía de América Latina

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ara cerrar con broche de oro la semana informativa en materia económica y, por ende, la inmisericorde paliza que a lo largo de esos días recibió el gobierno calderonista, ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) puso su granito de arena al dar a conocer cómo le fue al producto interno bruto (PIB) mexicano en el tercer trimestre del año: cayó 6.2 por ciento en términos reales en comparación con igual lapso de 2008, con lo que en el periodo enero-septiembre de 2009 (año del catarrito) el desplome promedió 8.1 por ciento.

No es para presumirlo, pero tampoco para ocultarlo, porque suman cuatro los trimestres consecutivos en los que el PIB reporta un comportamiento negativo, incluso en términos históricos. Valga el señalamiento, porque a pesar de lo obvio el Inegi, por primera vez desde el reconocimiento oficial de la crisis, decidió dejar en un segundo plano el comparativo anualizado y privilegiar, en cambio, las cifras desestacionalizadas (que marcan una tendencia de comportamiento y sólo comparan un periodo dado con el inmediato anterior, en este caso el tercer trimestre con el segundo de 2009), para hacerlas compatibles con el alegre discurso calderonista del fin de la recesión.

Así, el Inegi subraya que el PIB aumentó 2.93 por ciento con cifras desestacionalizadas durante el periodo julio-septiembre de 2009 respecto del trimestre inmediato anterior, cuando en los hechos el mismo indicador, en igual lapso, se desplomó 6.2 por ciento en términos reales. Pero si alguien tuviera dudas en esta kermes de cifras y términos, un dato igual de concreto que de estremecedor clarifica el ambiente: de enero a septiembre del presente año el producto interno bruto se hundió 8.1 por ciento, y no se requieren indicadores macroeconómicos para constatarlo: basta recorrer las calles para enterarse de qué magnitud ha sido el daño.

De enero a septiembre de 2009 dos de los tres componentes del PIB se hundieron y uno apenas si se asomó, algo que por lo demás reporta el propio Inegi, tras su triunfal cuan efímera presentación de las cifras desestacionalizadas: en dicho periodo, el sector productivo, el más golpeado de todos, se desplomó 9.3 por ciento, y el de servicios 8 por ciento. Sólo el sector primario avanzó 0.9 por ciento.

Se intenta minimizar y disfrazar el golpe, pero lo cierto es que en el tercer trimestre del año (en el que las cifras desestacionalizadas se utilizan para anunciar el fin de la recesión, o, lo que es lo mismo, hacer creíble el discurso oficial), los tres sectores económicos fueron a la baja: el primario 1.1; el secundario 6.6 y el terciario 6.5 por ciento. Resultado concreto: 6.2 por ciento de desplome de julio a septiembre, es decir, el cuarto trimestre consecutivo a la baja.

Es precisamente con esa actitud (minimiza que algo queda) que a lo largo de muchos meses el gobierno calderonista pretendió vender la idea de que la crisis (por la fortaleza de sus finanzas públicas, el navío de gran calado y la solidez de su economía) a México le hacia los mandados, y en lugar de hacer frente a la tormenta optó por difundir profusamente su diagnóstico del catarrito y dedicarse a los discursos, porque la crisis es externa. Y allí están los resultados.

En fin, la información del Inegi detalla que el PIB de las actividades primarias (que incluyen al sector agricultura, ganadería, aprovechamiento forestal, pesca y caza) observó un retroceso de 1.1 por ciento en términos reales y a tasa anual en el trimestre julio-septiembre del presente año, asociado a la contracción de la agricultura, la cual presentó un descenso en la superficie sembrada del ciclo primavera-verano, y de la cosechada en ambos ciclos (otoño-invierno y primavera-verano), reflejándose en una menor producción de cultivos como caña de azúcar, maíz en grano, papa, sorgo en grano, mango, cebada en grano, nuez, uva, chile verde, limón, alfalfa verde, trigo en grano, tomate verde, frijol, maíz forrajero y plátano. Por su parte, la ganadería se incrementó en igual periodo.

Por lo que toca a las actividades secundarias (integradas por la minería; electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final; construcción, e industrias manufactureras) registraron una disminución a tasa anual de 6.6 por ciento en el trimestre de referencia, derivado de las caídas en dos de sus cuatro sectores: el de las industrias manufactureras (9.9 por ciento) y el de la construcción (6.6 por ciento); electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final reportó un aumentó de 2.4 por ciento y la minería 2 por ciento (la no petrolera avanzó 29 por ciento, mientras que la petrolera retrocedió 3.7). Al interior de las industrias manufactureras se redujo la producción en la mayoría de los subsectores que las componen. Sobresalen los descensos de la fabricación de equipo de transporte; industrias metálicas básicas; equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos; productos metálicos; productos a base de minerales no metálicos; equipo de generación eléctrica y aparatos y accesorios eléctricos; maquinaria y equipo; industria química, y prendas de vestir, principalmente.

Y el balance trimestral indica que las actividades terciarias registró una caída de 6.5 por ciento a tasa anual durante el tercer trimestre del año. Destacó por su contribución a dicho decremento el PIB del comercio, con una contracción anual de 16.3 por ciento (producto de las menores ventas internas y externas); el de transportes, correos y almacenamiento (7.2 por ciento, debido a la baja en los servicios de autotransporte de carga; transporte aéreo, por ferrocarril y por agua; transporte por ductos; transporte turístico, y servicios relacionados con el transporte); los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (3 por ciento, resultado de menores servicios de alquiler de bienes muebles e inmobiliarios); el de los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (8.3 por ciento); los profesionales, científicos y técnicos (5 por ciento) y los servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación con una caída de (5.5 por ciento), entre otros.

Las rebanadas del pastel

Hacia el sur del continente, con la misma crisis, el otrora rival económico de México, Brasil, registra una situación algo distinta: entre 8 y 10 por ciento de crecimiento económico en el tercer trimestre de 2009; un millón 200 mil empleos formales generados en el año; reservas internacionales por 233 mil millones de dólares, que permitieron a los cariocas un mayor grado de inversión, y muy pocos discursos.