La Barca, Jal., 20 de noviembre. Familiares de Carlos Jorge Briseño Torres no tuvieron indicios de que el destituido rector de la Universidad de Guadalajara pretendiera “(privarse) de la vida de un disparo en la cabeza, como se asienta oficialmente en el acta ministerial 1548/2009 del Servicio Médico Forense, que da cuenta de su deceso el día jueves.

Toda la familia platicábamos. El siempre mostró fortaleza, ganas de seguir adelante, no entiendo qué pasó, dijo su hermano Alfonso, entrevistado mientras se realizaba el velorio en casa de su madre en este municipio.

–¿Cómo fue el estado de ánimo del ex rector en estos días?

–Él tenía esperanza en que se resolvieran las cosas pronto y que le fueran favorables, desafortunadamente no fue así.

–¿Cuándo fue la última vez que habló con su hermano?

–El martes (17) y él me decía que se había ido a hacer ejercicio, que a su proceso judicial le veía buenas expectativas.

–Algunos medios han manejado que recibió una mala noticia de los tribunales en la ciudad de México respecto a su lucha por regresar a la rectoría, ¿es cierto?

–Eso no es cierto; salió con su esposa al DF a otro tipo de actividades, nada que ver con el proceso judicial que él esperaba que fuera atraído por la Corte.

–¿Entonces a qué fue?

–El viajaba mucho al DF.

–La falta de indicios visibles, ¿no los hace sospechar algo?

–No podemos decir nada. La autoridad aclarará este asunto.

El cuerpo del ex rector fue traido a La Barca la madrugada de este viernes.