La intervención del hombre, fundamental para domesticar la planta: investigadores mexicanos
Corresponde al B73: el código genético consiste en 2 mil 300 millones de bases de ADN y contiene más de 32 mil genes
El hallazgo facilitará la creación de nuevas variedades del grano
Viernes 20 de noviembre de 2009, p. 2
Washington/Ciudad de México, 19 de noviembre. Un equipo internacional de científicos descifró el genoma del maíz y, por tanto, de unas de las plantas cultivadas más antiguas e importantes del mundo.
De las complejas informaciones genéticas se podrán derivar conclusiones sobre la aparición de las variedades modernas de maíz, informaron los científicos en un artículo publicado en la revista Science (volumen 326, página 1112).
Además, los nuevos datos servirán para facilitar la creación de nuevas variedades que tengan, por ejemplo, mayor valor nutritivo, menor necesidad de fertilizantes o una mejor adaptación a condiciones climáticas variables.
El maíz, Zea mays, es cultivado por el hombre desde hace alrededor de 10 mil años y se originó en una planta que vive en Centroamérica, el teocintle.
Richard Wilson y colegas de la Universidad de Washington en St. Louis, Misuri, descifraron el genoma de la variedad B73 del maíz y determinaron que está formado por 2 mil 300 millones de bases y contiene más de 32 mil genes.
Por tanto, el maíz integra el grupo de los organismos del reino vegetal con genomas gigantes
. Para comparar: el hombre tiene alrededor de 3 mil millones de bases.
En la domesticación del maíz es posible que hayan tenido un papel más relevante determinados genes, que hacen a las plantas más tolerantes a crecer en suelos con altos contenidos de metal, indicaron Alfredo Herrera-Estrella y colegas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) de México, en un artículo publicado también en Science (página 1078).
Ellos compararon el genoma del B73 con el de una variedad muy antigua, que lleva el nombre de palomero toluqueño.
Erupciones volcánicas
En la ciudad de México, cuatro científicos del Cinvestav explicaron que las erupciones volcánicas ocurridas en el centro del país hace casi 10 mil 500 millones de años, que dejaron altas concentraciones de metales pesados en el suelo, modificaron el genoma del teocintle, y esos cambios fueron indispensables para su domesticación, hace 9 mil años.
El grupo, que hace dos años descifró el genoma del maíz palomero, con un presupuesto 10 veces menor al utilizado por científicos estadunidenses para descifrar el de la variedad de maíz híbrido B73, expuso que el genoma del cereal tiene 2 mil millones de bases de ADN.
El proyecto de los estadunidenses se inició un año antes que el mexicano y en la última fase de la investigación se invirtieron 35 millones de dólares y participaron 100 personas. El mexicano tuvo un costo total de 9 millones de dólares.
Luis y Alfredo Herrera Estrella, Octavio Martínez y Jean Philippe Vielle Calzada, investigadores del Laboratorio nacional de genómica para la biodiversidad del Cinvestav, comentaron que se abren perspectivas para estudiar la diversidad genética de la planta.
Explicaron que por el desciframiento del maíz palomero se sabe que la planta posee alrededor de 53 mil genes, que ocupan sólo un 15 por ciento de su genoma
.
El ADN está repetido muchas veces y su función permanece desconocida. “Esperamos que la comunidad científica use los hallazgos para continuar con el mejoramiento tradicional –por cruzas y no con el uso de ingeniería genética– del maíz. Durante la investigación se encontraron genes de respuesta a la sequía, disponibilidad de nutrientes, calidad nutricional y resistencia a patógenos.”
Es altamente probable que la presencia de cadmio, plomo y cobre en el centro del país, particularmente en la zona del Nevado de Toluca, y los cambios en el medio ambiente haya tenido un papel importante en la transformación del ancestro del maíz: el teocintle. Y además confirma que los afluentes del río Balsas –donde confluyen los ahora estados de Guerrero, Michoacán y México– fueron el lugar de origen del maíz y no en Tehuacán, Puebla, como se pensó durante décadas.
Destacaron la intervención del humano en la domesticación de la planta. Si se hubiera dejado a la evolución natural, su transformación hubiera tardado 50 mil millones de años y no los 3 mil millones que implicó la intervención del hombre.
Apoyo deficiente
Ahora se requiere que todas las instituciones dedicadas a la investigación del grano –como la Universidad Autónoma Chapingo, el Colegio de Posgraduados, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias y el Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo, entre otros– incorporen la información a los estudios de mejoramiento genético para que México recupere el liderazgo en la producción de la planta.
La competitividad en el mejoramiento genético del maíz se perdió frente a las variedades híbridas de las empresas extrajeras por la deficiente política de apoyo a la agricultura, dijeron. Lo que debemos hacer es recuperar los programas nacionales de mejoramiento genético y reforzar los estudios. Hay que hacer lo mismo que China: utilizar los transgénicos para proteger los cultivos y mantener la competitividad y la seguridad alimentaria.
Descartaron que el inicio de las siembras experimentales de maíz transgénico ponga en riesgo las variedades del grano, pues el valor de la planta está en su diversidad genética. Es muy atrevido decir que los transgénicos van a destruir las variedades del maíz.
Los transgénicos serán usados para resolver problemas específicos.