En las pasadas dos décadas se cuadruplicó el número de desastres naturales en América Latina y el Caribe a consecuencia del cambio climático, lo que ha provocado que el número de personas afectadas se haya incrementado de 174 millones a 250 millones, dijo ayer Marcela Suazo, directora regional para Latinoamérica del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).

Al presentar el informe anual de esta agencia sobre el estado de la población mundial, puntualizó que este impacto exacerba las desigualdades en las localidades donde las mujeres son las que más sufren.

La funcionaria de Naciones Unidas hizo un llamado a invertir para que las tres mil 400 millones de mujeres que existen en el mundo fortalezcan su poder de adaptación frente al calentamiento de la atmósfera.

Por su parte, Fernando Tudela, subsecretario de Planeación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señaló que el combate al cambio climático no será barato. Sólo para los países en desarrollo se van a requerir 150 mil millones de dólares 2020.

Pidió analizar lo que va a suceder si no se invierte en esta área, al destacar que se encuentra en juego la supervivencia de la humanidad. Acerca de la próxima cumbre de Copenhague, descartó que de dicho encuentro vaya a salir una vaga declaración política.

El funcionario sostuvo que contra el derrotismo que se observa en los medios de comunicación en torno de las derivaciones del encuentro internacional, existe la posibilidad de llegar a acuerdos con números precisos. La posición de México es obtener resultados vinculantes, subrayó.

Antes, Suazo había explicado que el informe sobre la población mundial 2009 reconoce el impacto del cambio climático en las sociedades. En este sentido, el documento plantea que la influencia de calentamiento global en las personas es compleja, pues estimula la migración, destruye los medios de vida, perturba las economías, socava el desarrollo y exacerba la inequidad entre los sexos.

Refiere que la población causa la modificación del ambiente y al mismo tiempo padece sus efectos. Sólo las personas tienen la posibilidad de contrarrestarlo.

Pero no todos los pueblos y no todos los países son iguales en lo relacionado con las emisiones de gas de efecto invernadero que calientan la atmósfera. Hasta ahora fueron las naciones industrializadas las que generaron la mayor parte del carbono y otros elementos que alteraron el clima, pero han sido relativamente inmunes a los efectos de esa perturbación.

En cambio el mundo en desarrollo ha sido responsable de una muy pequeña parte de las emisiones; no obstante, se ve obligado a soportar mayor proporción de la carga para hacer frente y adaptarse a eventos meteorológicos extremos, elevación de los niveles del mar, inundaciones y sequías.

Expresa que los países industrializados causaron la mayor parte del problema, pero son los pobres del mundo quienes tropezarán con las más grandes dificultades para adecuarse a él.

En números, por ejemplo, señala que las 500 millones de personas más ricas del planeta, es decir, 7 por ciento de la población mundial, son responsables de 50 por ciento de las emisiones globales de anhídrido carbónico –uno de los gases de efecto invernadero–, mientras el 50 por ciento más pobre causa sólo 7 por ciento de las emisiones.

Poco margen en la atmósfera

Considera que tal vez quede muy poco margen en la atmósfera para que las naciones pobres desarrollen sus economías siguiendo las mismas pautas de generación intensiva de energía con fuentes de carbono de las que dependieron los países industrializados para su crecimiento en los dos siglos pasados.

En la conferencia de prensa, en la que fue presentado el informe anual de la UNFPA, Marcela Suazo dijo que se requiere un nuevo paradigma de progreso que replantee la manera de consumir, para frenar la modificación del ambiente.

Sobre los efectos que tendrá la alteración de la atmósfera, recordó que las estimaciones de los especialistas prevén que el aumento de la temperatura que llevaría al deshielo y al incremento del nivel del mar en uno o dos metros para 2100.

De aumentar el nivel del mar en un metro, más de 130 millones de personas que habitan en los litorales serían desplazados a escala global. En América Latina existen estudios que revelan que desde hace 40 años no ha dejado de subir el nivel del mar Caribe, por lo que preguntó qué pasará con las áreas costeras e islas que son países en desarrollo y que enfrentan retos importantes.

Dijo que por el cambio climático se ha perdido más de 40 por ciento de los recursos forestales, mientras 300 mil hectáreas padecen algún tipo de degradación.