Ocho colonias de Iztapalapa recibieron el líquido en pipas: SACM
Sobrexplotación de acuíferos, el problema en el valle de México: experta
Jueves 19 de noviembre de 2009, p. 32
El director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), Ramón Aguirre, informó que debido a una demora en la reparación del acueducto La Caldera ayer no se regularizó el suministro de agua potable a ocho colonias de Iztapalapa tras la falla que se presentó en ese lugar la madrugada del lunes, por lo que se mantuvo la distribución del líquido mediante 127 pipas.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) se tardó mucho en la reparación, terminaron los trabajos entre las cuatro y cinco de la mañana para reactivar los pozos, por lo que el miércoles ya no se pudo reanudar el servicio
, lo cual sucederá a partir de hoy, aseguró Aguirre.
El Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM) informó que desde el mediodía de ayer la liberación del líquido fue gradual para evitar un colapso en la tubería de la zona afectada por la suspensión de agua, pero a las 14:30 horas se normalizó el servicio a los municipios mexiquenses de Nezahualcóyotl, La Paz y San Vicente Chicoloapan, y en el Distrito Federal a la zona oriente de Iztapalapa, lo cual fue notificado a la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y al SACM, respectivamente.
Según la Conagua, la suspensión del suministro tuvo lugar el fin de semana a causa de una fisura originada por asentamientos diferenciales que ocurren en la zona y una falla geológica que atraviesa este ducto, y provocó la separación de dos tubos de 48 pulgadas de concreto preforzado, por lo que fue necesario suspender la extracción de agua y bombeo de los pozos en los ramales Tláhuac y Mixquic-Santa Catarina.
Heidi Storsberg, coordinadora de relaciones institucionales de la Conagua, señaló que el problema mayor en el valle de México no es el Sistema Cutzamala, sino los siete acuíferos que presentan una sobrexplotación hasta de 800 por ciento, a lo que se suma la falta de mantenimiento en estas áreas por falta de dinero, por lo cual se ha recurrido a la reducción del suministro para llenar las presas y una campaña de ahorro, aunque los estudios demuestran que si se paga más, se desperdicia menos, pues no hay agua más cara que la que no se tiene
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Por ello, José Francisco Manjarrés, especialista de agua y saneamiento del BID, y Blanca Jiménez, investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, señalaron que es viable la propuesta de incrementar las tarifas del servicio para reducir el subsidio que se otorga a quienes tienen un alto consumo o cuentan con los recursos para pagar su costo real, siempre y cuando las autoridades definan hacia dónde irán esos recursos, pues de lo contrario no estaremos resolviendo ningún problema, ni lograremos detener el desperdicio de agua
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