Los líderes de las corrientes perredistas aprobaron la mayoría de los documentos básicos para la discusión en su congreso refundacional: declaración de principios, programa y línea política.

Destacan como obligación, en este último documento, construir un frente nacional unitario de las izquierdas sociales y políticas, tras la caída electoral de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia en los comicios de 2009. Según los cálculos perredistas fue de 10 por ciento, pues pasaron de 8.2 a 6.3 millones de votantes, comparados con los resultados de 1997.

Hoy, la correlación de fuerzas se muestra altamente desfavorable para el PRD y las izquierdas en su conjunto. Sin embargo, la creciente inconformidad social por los efectos negativos de la crisis económica genera condiciones favorables para reposicionarlas, en particular al PRD, y convertirlas ante los ciudadanos como la mejor alternativa de gobierno, plantea el documento.

Pero para ello, resalta, debemos ser capaces de colocarnos con iniciativas contundentes en las agendas políticas de la nación y de las entidades. La ruta del PRI no necesariamente será de ascenso permanente y la del PRD de derrumbe inevitable: todo dependerá de las iniciativas y aciertos de los actores políticos, y de los resultados de los 22 comicios de 2010 y 2011.

Reconoce que hoy la izquierda tiene un piso electoral de 18 por ciento y nuestro objetivo es recuperar nuestra competitividad y convertirnos en una mayoría social y política. Para conseguirlo se plantean concretar la unidad política, electoral y legislativa con los dos partidos con que se integró el Frente Amplio Progresista.

También, contar con buenos gobiernos perredistas; con un proyecto claro de cambio de modelo de desarrollo, de reforma económica, social y del Estado; una lucha decidida por la defensa de la economía popular, del empleo, del salario, de los derechos humanos y las libertades, del ambiente y los recursos naturales; del reconocimiento de los pueblos indígenas, del rescate del campo y de la autosuficiencia alimentaria en granos básicos.

Lo mismo, el rencuentro con los movimientos cívicos, sociales, sindicales, magisteriales y con sus líderes históricos, como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador.