El recorte de 250 millones de pesos al Senado, aprobado por los diputados, implicará una disminución de las percepciones de los legisladores y altos mandos, aseguró el presidente de esa cámara, Carlos Navarrete.

Al respecto, Gustavo Madero, coordinador de la bancada del PAN, manifestó que esa disminución obligará a reducir entre 7 y 10 por ciento el salario de los legisladores, el número de viajes y el gasto corriente. Negó que se afecte el número de comisiones legislativas.

Otros senadores panistas se mostraron inconformes porque los gobiernos estatales no rendirán cuentas sobre el uso de los recursos públicos con los que contarán en 2010. Contra esa posición, el coordinador del PRI en Xicoténcatl, Manlio Fabio Beltrones, defendió lo aprobado por los diputados y dijo que la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública tienen suficientes elementos para supervisar el buen uso del gasto de las entidades.

Para el presidente nacional del PAN, César Nava, es de destacar la inclusión de recursos necesarios para programas sociales y la disminución en el gasto para partidos políticos.

En San Lázaro, la bancada panista sostuvo que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2010 cumplió con eliminar privilegios, y consideró que quienes aseguran que los beneficiados serán los gobernadores tienen una visión muy miope.

Los diputados del PRI destacaron los ajustes a la baja en más de 90 mil millones de pesos en el gasto del gobierno, y aseguraron que la austeridad debe empezar en casa.

En entrevista a su regreso de la Reunión Interparlamentaria México-Canadá, Navarrete sostuvo: ya he consultado con los grupos parlamentarios y en principio hay una aceptación de todos de que es necesario disminuir las dietas, debido al recorte al Senado.

Manifestó que los senadores harán rendir el presupuesto con políticas de austeridad, además de que ese órgano legislativo no se va a paralizar, por lo que se harán los ajustes necesarios. Habrá una reducción sustancial de gastos y sin duda se culminará el edificio de la nueva sede senatorial en julio de 2010.

Los recursos para la construcción de la nueva sede del Senado se redujeron 50 millones de pesos, del total de los 850 millones requeridos, informó Madero. Aun así, la obra no se verá en peligro, es decir, no se detendrán los trabajos, sólo que se tendrá que hacer más con menos.

Indicó que el recorte al presupuesto del Senado es de alrededor de 7 por ciento, por lo que la mesa directiva y la Comisión de Administración deberán analizar dónde se reducen fondos.

Senadores panistas consideraron que ante la posibilidad de que los gobiernos estatales no rindan cuentas sobre el uso de los recursos económicos que le fueron asignados para 2010, buscará mecanismos legales para vigilar la actuación de los mandatarios locales.

Felipe González advirtió sobre la posibilidad de solicitar al Ejecutivo que ejerza su facultad de veto sobre esta parte del PEF, aunque horas más tarde Gustavo Madero descartó la medida.

Este último calificó de retroceso en materia de transparencia, rendición de cuentas y corresponsabilidad, la falta de mecanismos para que los estados rindan cuentas sobre los dineros que ejercerán el próximo año. A los gobiernos estatales se les debe de exigir la misma eficiencia que a la Federación, dijo.

En un comunicado, César Nava destacó la inclusión de recursos necesarios para salvaguardar la operación de los programas prioritarios de combate a la pobreza, como Oportunidades y el Seguro Popular, y que disminuya el financiamiento a los partidos políticos para que esos recursos se destinen a proyectos de inversión en infraestructura.

La bancada del PAN en San Lázaro aseveró que los más beneficiados son los ciudadanos, porque se fortalecieron los programas sociales y de educación con reglas transparentes para su aplicación.

Los diputados del PRI afirmaron que los estados gobernados por este partido recibieron más recursos porque son entidades con mayor población. El vicecoordinador de la bancada priísta, Heliodoro Díaz, refutó las críticas de Santiago Creel en el sentido de que el presupuesto es desequilibrado y parece más bien la rebatiña de un botín para gobiernos estatales. Creel es oportunista e irrespetuoso de las decisiones de la Cámara de Diputados, afirmó.