En la investigación y en la academia, en lo humano y lo político, Adolfo Gilly es una figura a seguir y digna de reconocerse, afirmó ayer Fernando Castañeda, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Es un gran historiador, un académico de excepción y un hombre comprometido con sus ideas y creencias, resumió el funcionario universitario, durante la inauguración del coloquio internacional Miradas sobre la historia: historiadores, narradores y troveros.

El foro, organizado por esa facultad y El Colegio de México, el cual concluirá este jueves, sirve de contexto para que alumnos, colaboradores y colegas de Gilly le rindan homenaje por sus valiosas contribuciones en la investigación histórica, donde es un referente, así como en la docencia, desde la cual ha formado cuadros y generaciones de investigadores y profesores de México y Estados Unidos.

Adolfo nos convoca y es la causa no sólo de este acto, sino también de muchas reflexiones, actitudes y formas en que nosotros interpretamos nuestra realidad mexicana, destacó Castañeda en la sesión inaugural, en el auditorio Ricardo Flores Magón.

Ante un auditorio colmado por estudiantes, profesores e historiadores, entre ellos decanos como Friedrich Katz y Juan Brom, Castañeda destacó cómo el de Gilly ha sido un trabajo que ha convocado a reflexionar y deliberar a varias generaciones sobre la historia del país, siempre desde posiciones comprometidas.

Adolfo es una persona comprometida, pero el hecho de que él asuma siempre posiciones comprometidas no significa que no convoque al diálogo, a la reflexión, y que no convoque a los de la otra orilla del río a pensar y evaluar su obra, dijo. Otro aspecto que resaltó el funcionario universitario fue que el colaborador de La Jornada siempre ha mostrado sensibilidad política para analizar no sólo el presente y el pasado del país, sino el de otras naciones, como Bolivia, donde existe un amplio grupo de investigadores que se dice profundamente influenciado por Gilly.

Adolfo Gilly, ayer, durante su conferencia magistral en Ciudad UniversitariaFoto Cristina Rodríguez

De igual modo, lo definió como un universitario comprometido, lo mismo en la docencia que como participante activo en situaciones coyunturales en la UNAM.

Castañeda subrayó que Adolfo Gilly “ha sido un hombre comprometido con la vida política de nuestro país, y lo ha hecho desde su propia práctica, pero también desde sus artículos en La Jornada”.

A su vez, el homenajeado dictó la conferencia magistral Felipe Ángeles: una educación sentimental, sobre cómo y cuándo se conocieron ese general y Pancho Villa.

Ese primer encuentro ocurrió el 15 de marzo de 1914, en la estación de trenes de Chihuahua, donde el jefe de la División del Norte fue a recibir a Ángeles, quien había sido comisionado por Venustiano Carranza para reforzar el inminente avance sobre Torreón y Coahuila, y tal vez dar una lección de cosas y poner en dificultades al militar de escuela (es decir, al propio Ángeles), según la explicación del historiador.

La conferencia se centró en desentrañar, en poco más de media hora, cómo es que en personajes tan disímbolos en sus orígenes, formación, maneras de pensar y formas de proceder, como fueron Ángeles y Villa, logró establecerse tanta confianza, afinidad, respeto y admiración mutuos.

Esa relación de iguales entre dos que se sabían desiguales pero ninguno subalterno, perduró hasta la madrugada de noviembre de 1919, en que Felipe Ángeles fue fusilado, recalcó Gilly.