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Su reciente libro parte de una historia sentimental con una perspectiva novedosa

Beatriz Escalante enseña técnicas y teorías del romance en La escuela del amor

Cuatro mujeres reflexionan sobre el significado de la experiencia del enamoramiento

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La novela de Beatriz Escalante es publicada por Plaza y JanésFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de noviembre de 2009, p. a12

¿Se puede aprender a amar? ¿Se puede enseñar el amor? No el sexo: el amor romántico, galante, rosa. La empresaria Vanesa Kuri está convencida de que se puede y, más aún, de que en ese sentido el amor es un mercado prácticamente virgen.

Si hay escuelas para padres, escuelas de masajes, de maquillaje, de periodismo, escuelas de manejo, de samba, de futbol, y hasta escuelas de adivinación y taurinas, ¿qué de raro tiene que haya un lugar para aprender a amar?

Vanesa Kuri es una de las protagonistas de la novela más reciente de Beatriz Escalante, La escuela del amor (publicada por el sello Plaza y Janés del consorcio Random House Mondadori).

Pedagoga de profesión y escritora por vocación, Escalante tenía ganas de escribir una historia de amor, pero desde una perspectiva novedosa, con un aspecto que nunca se hubiera trabajado: la idea de que hay una institución donde de forma sistemática se aprende a amar, donde se enseña el proceso sentimental del amor: una escuela donde se aprende a tener una relación inteligente con los sentimientos.

Autora reconocida de libros serios y graves, con su novela más reciente Escalante quiso, sobre todo, divertirse, “imaginar qué pasaría si hubiera una escuela del amor en la que se hiciera un examen de admisión y hubiera trabajos en equipo; armé un plan de estudios con materias como Técnicas de seducción, Teoría del beso, Los enemigos del amor, Técnicas del coqueteo, Cartas de amor.

“Hay quien dice: ‘si ya se enseña todo, ¿dónde queda la espontaneidad del amor?’ Pienso que lo importante es el toque personal. Finalmente, las novelas y el arte general te permiten armar utopías, vivirlas.”

La novela sigue dos situaciones centrales: una es la creación de la Escuela del Amor y las dificultades que sortea la fundadora para llevar a cabo la empresa; otra es una historia como las que suceden ahora, entre adultos independientes, donde el amor para toda la vida dura una semana y después cada quien se va a sus múltiples ocupaciones.

Además de Vanesa Kuri, tres mujeres más protagonizan la novela de Beatriz Escalante. Cada una representa un punto de vista diferente sobre el amor. Una de ellas está interesada en revivir el romance; no necesariamente quiere casarse, pero sí quiere trascender la pura experiencia del antro.

–Más allá del juego que hay en la propuesta de la novela, ¿se puede enseñar el amor?

–Justamente esa es la parte que va a tener que descubrir el lector. En el fondo de la novela hay una reflexión al respecto. Entre otros aspectos, reviso la historicidad del concepto de amor, que es muy reciente. Los esclavos o siervos en la Edad Media no tenían la oportunidad de elegir. El amor es parte de una sociedad democrática.

–Es un invento cultural.

–Esa es la tesis de Vanesa, y, además, que el amor es un producto de mercado. Las otras protagonistas no lo ven igual. Una vive libremente su sexualidad; otra no pierde tiempo en esas cosas; otra ejerce su sexualidad tibiamente otra tiene una relación sana y normal con su cuerpo y tiene la ilusión de enamorarse.

El hecho de que una de ellas desee una relación duradera no necesariamente la pone en dependencia con nadie. ¿A qué se refiere el amor romántico? A un poco de juego y diversión previos al sexo, que éste último es finalmente lo que prima en este tiempo.