Singapur, 14 de noviembre. El presidente peruano Alan García canceló una reunión prevista para este domingo con su homóloga chilena Michelle Bachelet en Singapur, acortó su participación en la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y regresará a su país 24 horas antes de lo previsto a raíz de la denuncia de un caso de espionaje con Chile.

Mientras, Chile descartó estar involucrado en el caso de espionaje, indicó su canciller Mariano Fernández Amunátegui, también presente en Singapur, y agregó que su país no practica el espionaje. La portavoz del Ejecutivo chileno, Carolina Tohá, pidió a su vez prudencia al gobierno peruano y afirmó que aún no hay una investigación seria ni válida.

Estoy adelantando 24 horas mi regreso para tener una información plena, adecuada, y poder expresarme desde dentro de Perú teniendo entonces todos los elementos, dijo García a la prensa en el hotel en que se aloja en Singapur, justo antes del inicio de la cumbre del foro económico, al anunciar que adelantaba el retorno para la madrugada del domingo.

El mandatario peruano iba a tener una reunión el domingo, al margen de la cumbre, con Bachelet, en la que también participaría el presidente mexicano Felipe Calderón. Tenemos que suspenderla porque estamos volviendo a Perú justamente por este tema, indicó sobre este escándalo de espionaje en favor de Chile que involucra a dos peruanos y dos chilenos.

A pesar de anticipar su regreso, García decidió participar hoy en la apertura de la cumbre anual de la APEC, donde se encontraba también la presidenta chilena.

Bachelet dijo a la televisión chilena que cuando resultó electa en enero de 2006 su intención era tener buenas relaciones con todos los países vecinos, incluido Perú. Con Bolivia hemos avanzado mucho más que otros años; con Argentina acabamos de darnos el segundo abrazo de Maipú en versión femenina. Me hubiera gustado poder tener una situación de esa naturaleza con Perú, señaló.

La información divulgada el jueves de que un suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP), Víctor Ariza Mendoza, espiaba en favor de Chile, ha causado conmoción en Perú. El caso se complicó ayer cuando un juzgado peruano emitió orden de captura contra dos supuestos militares chilenos, acusados de instigadores de espionaje en perjuicio del Estado peruano, mientras se inician averiguaciones para determinar si procede una orden de extradición.

El presunto espía Ariza Mendoza, quien se encuentra detenido en las instalaciones de seguridad del Estado en Lima, está acusado de haber entregado información de inteligencia al vecino país, planes para la modernización de equipos de guerra, sobre la estrategia institucional de la FAP con proyecciones a 2021 y los códigos de los teléfonos encriptados de la embajada de Perú en Santiago.

En tanto que la Fiscalía de la Nación alista los cargos de supuesta traición a la patria, reportes de prensa señalan que el espía también habría entregado una lista de los alumnos de la Escuela de Inteligencia de la FAP, y que había sido reclutado en 2002 cuando era agregado militar en la embajada peruana en Santiago. Además, por sus servicios cobraba entre 5 mil y 9 mil dólares mensuales.

Otro de los acusados peruanos es un técnico de las FAP, cuya identidad se mantiene en reserva, y dos supuestos militares chilenos identificados como Daniel Márquez Torrealba y Víctor Vergara Rojas. Estos últimos están señalados como instigadores de los delitos de revelación de secretos nacionales y espionaje en perjuicio del Estado chileno, según un comunicado del Poder Judicial.

En declaraciones a una radio limeña, el canciller peruano José Antonio García Belaúnde indicó que el gobierno peruano dejará sentado muy claro la protesta y pedirá que se sancione a los responsables chilenos de este acto inamistoso y ofensivo contra Perú, y afirmó que el embajador en Santiago de Chile, Carlos Pareja, será llamado a consultas.

El gobierno peruano canceló asimismo la visita a Santiago de su ministra de Producción, Mercedes Aráoz, quien se iba a reunir con Bachelet. De su lado, sectores de la oposición peruana exigieron al gobierno de Alan García que replantee las relaciones con Chile e inclusive opte por suspenderlas, y denuncie este caso de espionaje ante el tribunal de La Haya.

El canciller chileno rechazó que Chile haya participado en cualquier tipo de actividad ilegal en su relación con Perú. Descartamos la participación del gobierno chileno en cualquier actividad respecto de cualquier cosa que sea ilegal en la relación entre los dos países, indicó, y añadió que no hablará más del tema a la espera de mayor información oficial.

En estas materias hay que ser extremadamente prudentes. Hay que preocuparse de que esto está en manos de la justicia de otro país, y que la justicia de ese país resuelva la situación de las personas afectadas, apuntó.

Fernández Amunátegui y García Belaúnde mantuvieron una conversación telefónica, según indicaron fuentes diplomáticas.

Los gobiernos tenemos que ser prudentes y tenemos que ser serios. No corresponde que haya acciones precipitadas ante antecedentes que no tienen como fundamento una investigación que sea válida, declaró la portavoz presidencial chilena Carolina Tohá, desde La Moneda en Santiago.

Tras reiterar que Chile es un país serio en sus relaciones internacionales y que no espía, aseveró que la manera en que corresponde actuar es que seamos cautelosos; no hay una investigación seria tras estos antecedentes. Tohá concluyó diciendo que no tenía antecedentes de la implicación en el caso de los dos chilenos.

Los informes en Lima señalan que Perú montó un operativo de contrainteligencia, donde se le sembró documentación falsa que Ariza Mendoza envió a Chile.

El último caso conocido de espionaje para Chile se remonta a 1979, cuando un militar peruano fue acusado de haber sido captado por ese país mientras trabajaba en la embajada de Perú en Santiago. El suboficial fue fusilado luego de ser acusado de traición a la patria.

Las relaciones entre los dos países están marcadas por la tensión, tras una demanda que presentó Perú contra Chile en enero de 2008 ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por una controversia de límites marítimos.

La relación entre Santiago y Lima sufre de altibajos desde que ambos países se enfrentaron, en el siglo XIX, en una guerra ganada por Chile y en la que Perú perdió parte de su territorio.