Buenos Aires, 12 de noviembre. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner solicitó hoy que la marcha programada por la Confederación General del Trabajo (CGT) para el próximo 20 de noviembre, Día de la Soberanía, se realice en otro momento bajo el lema de por el trabajo, por la paz, por la patria, para que nadie intente atribuir a ningún gremio la imposición de un modelo sindical determinado.

En las últimas horas llamó a la tranquilidad y a posiciones responsables, en un marco de movilizaciones de algunas organizaciones de piqueteros (desocupados), que se han agrupado para hacer oposición.

?Les pedí que la marcha se haga en algún otro momento, porque las mentiras con las cuales se intenta confundir a la sociedad son demasiadas”, dijo Fernández de Kirchner al responder a una severa campaña mediática en su contra.

Hoy leí en la tapa (portada) de un diario que decía que la CGT había convocado a una movilización para imponer una forma de organización sindical y sentí una vez más el cinismo de la mentira.

También salió al paso de cualquier tipo de enfrentamiento entre la CGT y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), cuyo dirigente Hugo Yasky, reclamó nuevamente la personería gremial, y dijo que la renovación sindical está en el aire y no se puede detener. Esta organización toma posiciones distantes de cualquier violencia y se prepara para recurrir al Congreso pidiendo que se cumpla un fallo de la Corte Suprema de Justicia, en el que reconoció recientemente la libertad sindical .

En relación a la sucesión de bloqueos y marchas en las últimas horas varios analistas coinciden que el anuncio de la asignación universal de 180 pesos(unos 50 dólares) por hijo para los desocupados y trabajadores que no tienen seguridad social- lo que abarca a más de cinco millones de niños en todo el país- movió a algunos grupos clientelistas, que pretendían ser intermediarios de esos fondos, para distribuirlos y usarlos políticamente.

Desde hace unos días las movilizaciones también coinciden con una serie de paros, como el del subterráneo (Metro), que provocó un caos en la ciudad hace sólo dos días, ante una huelga de 24 horas sostenida por una comisión de delegados que se oponen al sindicato madre la Unión Tranviarios Automotores (UTA).

Algunos de estos se acostaron sobre las vías para impedir la movilidad de los trenes, pero los mismos reconocieron en las últimas horas que no continuaron con la medida de fuerza por la reacción negativa de la población. Hubo además tanta presión de los medios y de los periodistas, por la forma en que tuvieron que viajar las personas, que levantamos el paro, dijeron aunque anunciaron que seguirán con las protestas hasta lograr la personería gremial.

De la misma manera algunas de las organizaciones piqueteras ligadas con grupos de izquierda radical, que ayer y hoy se movilizaron ante el Ministerio de Desarrollo Social, decidieron continuar con marchas, pero no bloquear calles, por la misma conclusión.

Esta mañana los trabajadores de la Línea Aérea Lan-argentina, realizaron un paro exigiendo a la empresa un aumento de salarios, y varios vuelos internos fueron demorados durante horas. El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria zanjando así la situación.

En este escenario los medios masivos de comunicación declararon una guerra al gobierno por la Ley de Comunicaciones Audiovisuales, que abre las puertas a la existencia de canales de TV y diarios independientes de las grandes corporaciones privadas, y en esta situación exigen a la mandataria que tome medidas represivas para ordenar la ciudad.

En su presentación ante el Congreso, el ministro de Gabinete, Aníbal Fernández, advirtió a la oposición que se saquen de la cabeza eso de que nos vamos a ir o nos van a sacar respondiendo a un legislador que preguntó cuando iba a renunciar.

Admitió que se están investigando hechos puntuales relacionados con las movilizaciones y cortes de calles que desde hace varios días se viven aquí, a las que consideró nada casuales. Pero también sostuvo que es preferible pagar el costo político de no reprimir que tener sangre, heridos o muertos.

Fernández cuestionó asimismo a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se reunió en Buenos Aires y que envió al gobierno una dura crítica, rechazando la Ley Audiovisual que redactaron miles de organizaciones populares y ganó por mayoría en el Congreso. A esa reunión de la SIP asistió como oposición al gobierno el vicepresidente de la república, Julio Cleto Cobos, en un hecho insólito.