Berlín, 11 de noviembre. Una conmoción sin precedente se vive en Alemania tras el suicidio del portero de la selección nacional, Robert Enke, de 32 años, quien sufría depresión desde 2003 por miedo agudo al fracaso.

En Hannover, unas 35 mil personas marcharon con veladoras para despedirlo, mientras la Federación Alemana de Futbol decretó luto y canceló el juego amistoso contra Chile, previsto para este sábado, porque “estamos en estado de shock, no tenemos palabras”, dijo el mánager Olivier Bierhoff.

Intenté darle esperanzas, perspectivas, decirle que el futbol no lo es todo. Siempre estuve a su lado y pensé que gracias al amor podríamos superarlo, dijo su esposa, Teresa, en conferencia de prensa junto al terapeuta del guardameta, Valentin Markser.

Robert Enke, quien militaba en el Hannover de la primera división, fue ocho veces seleccionado por su país y era favorito para vestir la playera en el Mundial de Sudáfrica 2010. Jugó en el Benfica portugués (1999-2002), Barcelona (2002), Fenerbahce turco y Tenerife de España.

Según trascendió, el pasado martes le propusieron cambiar la terapia a una internación o tratamiento ambulante, pero a última hora el deportista se arrojó a las vías del tren cerca de la ciudad donde vivía con su esposa y su hija Laila, de ocho meses, a quien adoptaron en mayo. En 2006, la pareja perdió a su pequeña Lara, de dos años, quien falleció por una malformación cardiaca.

Enke llevaba seis años con tratamiento psiquiátrico por severas depresiones y temeroso de que se hiciera público su padecimiento, sobre todo porque esto pudiera significar la pérdida de la custodia de su hija Laila, explicó su esposa.

La policía confirmó haber encontrado una carta de despedida, en la que el jugador ofreció disculpas a su familia y a su médico.

Toda la comunidad del futbol está conmocionada, dijo en un comunicado el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien se encuentra de gira en México, mientras Franz Beckenbauer se declaró inmensamente triste y la canciller Angela Merkel envió una carta de condolencias a la viuda.

El Benfica anunció la realización de un homenaje y el técnico José Mourinho, del Inter de Milán, dijo sentirse horrorizado por la muerte de mi primer portero. Me acuerdo de su serenidad, su simpatía, educación y profesionalismo. Agregó sus preocupaciones de carácter social y recordó que construyó en su casa un refugio para perros abandonados.

El caso de Enke, que pone de manifiesto las dificultades existenciales de algunos futbolistas en un mundo donde sólo cuentan los resultados, causó más consternación porque unas semanas atrás el alemán Sebastian Deisler, de 29 años, publicó una autobiografía en la cual admitió que su retiro en 2007 no fue por lesiones, como dijo entonces, sino por constantes depresiones en su carrera.

En su relato, Deisler aseguró que son muchos los futbolistas los que viven atormentados bajo presión por el éxito.