Las galerías de Polyforum Cultural Siqueiros exhiben cuatro automóviles, intervenidos por artistas representativos del pop art, entre otras corrientes, de un total de 16 pertenecientes a la colección Art Cars de BMW.

Se trata de modelos del fabricante alemán de automóviles y motocicletas diseñados y pintados por Roy Lichtenstein (el suyo estuvo en su retrospectiva de 2000 en el Museo del Palacio de Bellas Artes), Robert Rauschenberg, Frank Stella y Andy Warhol, que se acompañan de réplicas a pequeña escala de todos los vehículos de la colección, videos de los procesos creativos y tres obras prestadas por la Colección Jumex: de Rauschenberg, Warhol y el artista conceptual danés Olafur Eliasson, el más reciente participante (2007).

El programa BMW Art Cars fue concebido originalmente por el conductor francés de autos de carrera Hervé Poulain, quien en 1975 invitó al artista Alexander Calder a pintar su BMW 3.0 CSL, el cual correría en las 24 horas de Le Mans.

También han participado Ernst Fuchs, Ken Done, Jagamara Nelson, Matazo Kayama, César Manrique, Esther Mahlangu, A.R. Penck, Sandro Chía, David Hockney y Jenny Holzner.

La exposición BMW Art Car Collection se concibió con motivo de los tres lustros de la empresa en México y ya estuvo en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco), en Monterrey, y el Museo de Arte de Zapopan, en Jalisco.

Según Héctor Tapia, director de cultura del Polyforum, constituyó un verdadero desafío traer los cuatro vehículos, desde la logística de su llegada, el montaje y la ambientación de las galerías.

Los automóviles se exhiben sobre bases en forma de grandes lienzos en blanco, porque finalmente son pinturas, expresa el museógrafo Alejandro Piña.

De hecho, se trata de una museografía muy limpia, en la que los carros por su volumen y tamaño, ocupan el espacio que tienen que ocupar sin que nada más les reste importancia. Lo único que hicimos fue poner a dialogar un par de obras pertenecientes a la colección Jumex, apunta Tapia.

Ésta es una muestra que combina la tecnología, la ingeniería, el diseño y el arte, de allí su atractivo para diferentes públicos. El diseño de Lichtenstein (1977) da la sensación de un automóvil que viaja por una carretera abierta: el paisaje, el cielo y la luz del sol.

Remite a la imagen de un paisaje en movimiento, en un gesto por unir el coche con la velocidad y el entorno evocando el sentido de libertad implicado en su recorrido.

El modelo (1986) intervenido por Rauschenberg ya no fue un auto de carreras, sino un vehículo de producción normal. El artista exploró las posibilidades del carro como medio de difusión, es decir, crear un museo y señalar los problemas ambientales asociados con su uso. Reprodujo por primera vez elementos de pinturas reconocidas, diseños de porcelanas y vegetación, que transfirió al automóvil mediante técnicas fotográficas.

Stella (1976) se enfoca en los aspectos técnicos del diseño automotriz y en las posibilidades de este proceso.

A partir del trazo de una retícula de gran precisión sobre la superficie del coche –en alusión al papel para dibujo técnico–, se disponen líneas y figuras que sugieren tensión y movimiento. Éstas, a su vez, insinúan cortes que permitirían modificar la forma del vehículo o quizá reconfigurarlo por completo.

Warhol (1979) fue el primer artista invitado que pintó directa y espontáneamente sobre el automóvil sin ensayos ni esquemas previos. Su intervención consistió en aplicar brochazos de pintura con el propósito de representar el movimiento pictóricamente como si el vehículo se moviera a gran velocidad y las líneas y colores estuvieran fuera de foco.

(La exposición BMW Art Car Collection se puede visitar en el recinto de Insurgentes Sur 701, colonia Nápoles.)