Con posterioridad al decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) se han producido diversas fallas en el servicio de energía eléctrica –caídas de redes, afectaciones en subestaciones y problemas de operación–, las cuales han dejado sin luz amplias zonas de los estados de México, Hidalgo, Puebla y Distrito Federal.

Se avizora un colapso en el servicio, ya que no se ha dado mantenimiento a las redes durante casi un mes, y zonas como el Centro Histórico de la capital del país están en grave riesgo de estallidos, advirtieron Óscar Hernández Dávalos y Ricardo Soto, ex encargados de las áreas de operación de distribución y control central de LFC.

Denunciaron que, con el propósito de dar respuesta al cúmulo de fallas, las empresas privadas que fueron contratadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para atender las emergencias tienen trabajando a centroamericanos, guatemaltecos principalmente, los cuales no sólo no saben de las redes, sino ni siquiera de cómo se presta el servicio en esta ciudad y estados circunvecinos.

Ricardo Soto alertó que hay subestaciones viejas, entre ellas Indianilla, Condesa, Taxqueña y Narvarte, que requieren mantenimiento permanente. Como no lo han recibido, dijo, hay riesgo de que en cualquier momento se colapse el voltaje.

Los empleados de la CFE no conocen las subestaciones ni el equipo con que se trabaja, por lo cual es una irresponsabilidad del organismo meter a cualquier persona a operarlas. Inclusive, resaltó, ni siquiera se cuenta con material de remplazo, pues la mayoría de los trabajadores de LFC se dedicaba a hacerlas funcionar con lo que tenía a la mano.

Subrayó que otra región que está en peligro es Toluca, donde las líneas de transmisión tienen que ser reguladas constantemente.

Denunció que el gobierno federal privilegiaba la generación de energía por productores independientes y prefería desechar la de la CFE y Luz y Fuerza. Ello, aseveró, sin importar que los particulares la generaran a partir de gas y las empresas públicas, en su mayoría, mediante energía hidráulica.

Por su parte, Óscar Hernández indicó que el Centro Histórico de la ciudad de México requiere, además de mantenimiento preventivo, el desazolve de bóvedas, ya que seguramente hay agua acumulada por la temporada de lluvias, por lo que no tardan en ocurrir problemas en el cableado. Había un departamento especializado en esas labores, ya que en la zona el cableado tiene más de 40 años de antigüedad. En esas condiciones están redes de La Merced y la Central de Abasto, lo cual representa un gran riesgo para la población.

Con la extinción de Luz y Fuerza se está perdiendo toda la capacitación que durante décadas se dio a los trabajadores de la paraestatal. De concretarse la liquidación de la empresa se habrá perdido todo el capital humano que se capacitó, concluyó.