Los independientes
e acuerdo con una opinión generalizada en la prensa estadunidense, la principal causa del descalabro sufrido por el presidente Obama y el Partido Demócrata en las elecciones que se celebraron la semana pasada tiene diversas causas. La principal es el nivel de desempleo, el más alto desde la gran depresión; hoy, una de cada 10 personas en edad de trabajar está desempleada. Otro factor fue la abstención de buen número de partidarios de Obama que esta vez no acudió a las urnas debido a que consideran que ha fallado en sus promesas de cambio y que algunos de sus colaboradores están muy cerca de los intereses de Wall Street.
La prensa coincide en que el cambio de humor entre el electorado independiente
que no está alineado con ninguna de las dos principales fuerzas políticas tuvo un impacto desfavorable en contra de los candidatos demócratas. Un sondeo de Gallup lo confirma: el grupo de electores independientes
creció de 29 a 35 por ciento. Quienes en ese grupo piensan que el gobierno interviene en exceso como regulador de la economía creció de 38 a 50 por ciento. Lo que no dice la encuesta es quiénes son esos votantes independientes
.
De ese comportamiento se desprende que es un sector al que, en su mayoría, no le importan las desigualdades sociales y económicas, mientras no les afecten personalmente; carece de visión sobre la forma de reparar los destrozos económicos y sociales ocasionados en ocho años de desgobierno de Bush; no se arriesga a dar una opinión sobre la forma de acabar con dos guerras que han sangrado la economía del país y han costado decenas de miles de vidas; se niega a admitir la inmoralidad de que haya 50 millones de personas que carecen de un plan de salud y que 200 mil mueran cada año por esa razón. En el fondo quienes se ufanan de ser parte de este grupo actúan a partir de su propia conveniencia como individuos, no importándoles la sociedad en su conjunto. Por supuesto, hay excepciones.
Las medidas para superar las desastrosas condiciones en que Obama recibió el país tienen que madurar, de acuerdo con la opinión de más de un observador político, por lo que es prematuro emitir un juicio sobre su efectividad. Sin embargo, el descalabro sufrido será una llamada de atención para que él y su partido reparen sobre las causas de lo sucedido.