Lunes 9 de noviembre de 2009, p. a17
Sevilla, 8 de noviembre. El actor Ben Kingsley, para muchos el inconfundible rostro de Gandhi, vive una madurez interpretativa extraordinaria a sus 65 años, lo cual se debe, en su opinión, a que le ha tomado mucho tiempo ser feliz. Sé que hay una idea bastante errónea de que para ser creativo uno tiene que ser infeliz. He demostrado claramente que eso es equivocado. Ahora soy menos neurótico y más feliz; de ahí sale esa energía creativa
, comentó en el Festival de Cine de Sevilla al recibir el Giraldillo de Oro, como premio de honor internacional. El británico presenta en el encuentro la película Fifty Dead Men.