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Shannon deja ver que avalarán la elección aun sin el regreso del presidente constitucional

Zelaya exige a EU definir si está o no de acuerdo en su restitución

Si el gobierno de unidad lo encabeza Micheletti, no habrá gabinete: representante zelayista

Sólo 26 de 128 legisladores votarían por el regreso del mandatario al poder, dice prensa local

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El ex presidente chileno Ricardo Lagos, miembro de la Comisión de Verificación del acuerdo político en Honduras, saluda en la embajada de Brasil en Tegucigalpa a simpatizantes de Manuel Zelaya que participaron ayer en una marcha de apoyo al mandatario constitucionalFoto Ap
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Periódico La Jornada
Jueves 5 de noviembre de 2009, p. 22

Tegucigalpa, 4 de noviembre. ¿Regresará Manuel Zelaya a la presidencia de Honduras? ¿Triunfará la estrategia para ganar tiempo de los golpistas? ¿Se retirará Roberto Micheletti de la presidencia? ¿Habrá un gabinete de unidad y reconciliación nacional sin presidente?

En el embrollo en que se ha convertido el acuerdo Tegucigalpa/San José todo es posible, incluso que al gabinete de unidad le tome protesta el presidente de facto Roberto Micheletti, o que, generosamente, éste se retire y de plano el gobierno sea encabezado por el ministro de Gobernación y no por el presidente que la comunidad internacional reconoce como tal.

¿Es así? A saber, porque en la rueda de prensa ofrecida hoy por la Comisión de Verificación, el ex presidente chileno Ricardo Lagos se refiere al presidente Micheletti y al señor Zelaya, desliz que ni el spanglish de la secretaria del Trabajo de Estados Unidos, Hilda Solís, se permite.

Enredados en un pantano de expresiones que no comprometen nada, los dos enviados de alto nivel de la Organización de Estados Americanos (OEA) dejan ver que lo primero es lo primero. Y eso es la integración del gabinete.

De ahí que Lagos, en visita de un día y medio igual que Solís con promesa de regreso, elogia la libertad de acción que Micheletti ha dado para que se integre el gobierno de marras. Y Solís celebra que el presidente de facto haya ofrecido hacerse a un lado.

No por lo pronto, claro. Porque poco después, la vocera de Micheletti en el diálogo, Vilma Morales, afirma que la presidencia hondureña seguiría como está, seguiría siendo el señor presidente Micheletti. Hasta que se decida lo que corresponde al punto 5, debe estar bajo el mando el presidente Micheletti (el punto 5 que se refiere a la posible restitución de Zelaya por el Congreso).

¿Entendió mal la secretaria Solís cuando Micheletti ofreció hacerse a un lado?

Hay que ir paso a paso, sigue Lagos, porque las formas y modalidades de conducción se verán después, dice el chileno, en malabarismos verbales que indican que no está descartada la opción, de la que ya se había hablado en la prolongada crisis, de que Micheletti deje el poder pero Zelaya no lo retome. Esa salida tampoco implica que haya un tercero en la presidencia, sino simplemente que el ministro de Gobernación sea el encargado del despacho presidencial.

Los malabares son resultado de una apretada agenda de la Comisión de Verificación, que entre el martes y el miércoles se reúne con Zelaya y Micheletti, con cinco de los seis candidatos presidenciales, con las cabezas del Tribunal Superior Electoral y con una representación de los diputados que tomarán la decisión de restituir o no a Zelaya.

La agenda hondureña es acompañada de cruce de obuses que van de Tegucigalpa a Washington y otras partes del continente.

Desde la embajada de Brasil, el presidente Zelaya pasa de su optimismo moderado tras la firma del acuerdo, a exigir a Estados Unidos definirse sobre su restitución, luego de declaraciones del subsecretario Thomas Shannon, quien dijo que la restitución está ya en manos del Congreso hondureño y dejó ver que, aun sin el regreso del presidente, la comunidad internacional acompañará las elecciones del 29 de noviembre.

Zelaya envía una carta a la secretaria Hillary Clinton, en la cual pide que Estados Unidos defina si apoya o no su restitución, y le reprocha que se pretenda reconocer las elecciones sin revertir el golpe de Estado ni resolver la profunda crisis que enfrenta nuestro país.

Las declaraciones de Shannon chocan con las de José Miguel Insulza, quien el mismo martes, desde Ecuador, anuncia una visita a Honduras, al tiempo que dice que la solución a la crisis pasa por la restitución de Zalaya. Lo ideal será que (los diputados) lo hicieran ya. Es hora que se dejen de retórica y se vayan a lo serio

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Simpatizantes del presidente Zelaya se manifiestan en las afueras del Congreso en favor de la restituciónFoto Ap

Los medios hondureños le contestan con insultos, como ya es costumbre, y la comisión de Micheletti en el diálogo le manda una carta para decirle que sus dichos impactan negativamente al renovado espíritu de cooperación y confianza creado en nuestro país.

En Honduras no se acepta ningún acuerdo sin la restitución inmediata de Zelaya, por si alguna duda le ha quedado a Shannon, dice desde Managua la canciller de Zelaya, Patricia Rodas, quien exige a Estados Unidos demostrar que no se ha dado vuelta y que no han creado otra vez un doble discurso con una doble norma y doble moral.

Desde Washington, el vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly, le responde a Zelaya: Ya aclaramos nuestra posición sobre el presidente Zelaya y su restitución: creemos que debería ser reinstaurado. Añade que la decisión es un proceso hondureño.

Allá también, las representaciones de Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua ante la OEA advierten que no legitimarán las elecciones si el presidente no es restituido.

La buena fe y los 34 mil soldados y policías

Se despide la Comisión de Verificación dejando a dos funcionarios de menor rango a cargo, no sin que antes la secretaria Hilda Solís, que fue a visitar a Zelaya en su refugio rodeado por decenas de militares, diga que la implementación de buena fe del acuerdo es el primer paso esencial hacia la reconciliación y el apoyo internacional renovado para Honduras.

Micheletti sí demuestra su buena fe. El martes le envió una carta a Zelaya pidiéndole nombres para el gabinete de unidad.

Pero este miércoles, voceros de la presidencia de facto aseguran que la carta fue mera cortesía porque el acuerdo dice que se debe consultar a los partidos políticos y la sociedad. Y claro, Micheletti consulta a las organizaciones que le son afines, nada más.

En ese contexto, Jorge Arturo Reina, embajador ante de la Organización de Naciones Unidas y representante de Zelaya en la Comisión de Verificación, dice que el presidente Zelaya no nombrará a nadie si las cosas no se hacen bien y que definitivamente no lo hará si el gobierno de unidad es encabezado por Micheletti.

El tema de la crisis política, con todo, parece ya estorbar a los golpistas hondureños. Si por ellos fuera, sólo hablarían de las elecciones del 29 de noviembre.

Sólo uno de los cuatro diarios que circulan en esta capital considera que la instalación de la Comisión de Verificación es el tema más trascendente del día. El Heraldo, el más leído, informa en su primera plana de la llegada desde México de mil 260 frasquitos (10 cajas) de tinta indeleble que serán utilizados en los comicios.

Radio, televisión y prensa, con contadas excepciones, dedican sus espacios a rechazar la idea de que el acuerdo de Tegucigalpa implica el retorno de Manuel Zelaya. Sacan cuentas: sólo 26 de los 128 diputados votarían por la restitución. Hacen encuestas telefónicas o por Internet que arrojan, con sorprendente uniformidad, que 80 por ciento de los hondureños rechazan ver a Zelaya en la Casa Presidencial otra vez. Y como si no fuera la resistencia la que ha puesto los muertos y los heridos, despliegan informaciones sobre supuestas amenazas de muerte recibidas por los diputados.

No tenemos dudas en que vamos a ser firmes, dice el general Romeo Vásquez, jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas, quien anuncia que habrá 20 mil soldados y 14 mil policías para cuidar los comicios. Es la respuesta al anuncio de dos candidatos presidenciales y el Frente de Resistencia, de boicotear las elecciones si no reintegran a Zelaya.