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El análisis surgió ante la preocupación por el impacto ambiental del líquido embotellado

El agua de lluvia no es dañina para la salud, según estudio en Australia

Investigadores de la Universidad Monash, en Melbourne, realizaron prueba con 300 familias

Proponen su uso en actividades del hogar como forma de enfrentar la sequía en ese país

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El agua de lluvia fue recolectada en tanques, parte de ellos con filtro para remover cualquier organismo causante de la gastroenteritis. En la imagen, durante una tormenta en FiladelfiaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de noviembre de 2009, p. 2

Sydney, 4 de noviembre. Investigadores de la Universidad Monash, en Melbourne, analizaron 300 hogares en los que empleaban agua de lluvia recolectada en tanques como principal fuente de consumo, en lo que consideraron el primer estudio del mundo de su tipo, que llega en medio de las crecientes críticas al recurso embotellado.

Todas las familias de esos hogares recibieron un filtro, el cual, se explicó, removería del agua cualquier organismo que pudiera causar gastroenteritis, pero la mitad de los dispositivos no lo tenían.

Las familias llevaron un registro de su estado de salud durante un año, y los investigadores hallaron que la tasa de casos de problemas gástricos era muy similar en ambos grupos y también coincidía con el de la comunidad ampliada que bebía agua tratada del grifo.

Las personas que bebieron agua de lluvia sin tratar no registraron un aumento medible de enfermedades, en comparación con las que consumieron el agua de lluvia filtrada, señaló en un comunicado Karin Leder, jefa de la unidad de dolencias infecciosas del Departamento de Epidemiología de la Universidad Monash.

El estudio confirma que hay bajo riesgo de enfermedad. El uso expandido del agua de lluvia para muchos fines en el hogar puede ser considerado una forma de enfrentar los tiempos actuales de sequía, por lo que queremos alentar a las personas a emplearla como recurso.

Manifestó que algunas autoridades sanitarias tenían dudas sobre el consumo de esa agua por razones de seguridad, particularmente en las ciudades donde hay buena disponibilidad de agua potable.

Hay que señalar que la prolongada sequía generó en Australia el incremento en la instalación de tanques del líquido.

Con todo, Leder advirtió que las familias que participaron del estudio eran bebedoras habituales de agua de lluvia, por lo que ya habrían desarrollado defensas contra posibles infecciones.

La investigación llegó en medio de la creciente preocupación por el impacto ambiental de los productos de agua embotellados, que suelen recorrer largas distancias y son empacados en envases plásticos que obstruyen los vertederos.