El recrudecimiento de la crisis económica y el incremento del desempleo provocaron que las ventas del comercio establecido cayeran 13.8 por ciento este año, porcentaje nueve veces superior al registrado en septiembre de 2008, equivalente a 47 mil 300 millones de pesos, informó el presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la ciudad de México (Canaco), Arturo Mendicuti Narro.

A octubre pasado, 8 mil 500 micro, pequeños y medianos comercios de los 35 giros existentes cerraron, ante la falta de liquidez para hacer frente a sus gastos corrientes de pago de renta, energía eléctrica, teléfono y empleados, con la consecuente cancelación de plazas laborales, indicó. Advirtió que los problemas continúan y se exacerbarán con los aumentos a los impuestos al valor agregado (IVA) y sobre la renta (ISR).

El incremento de uno por ciento al IVA tendrá un efecto inflacionario, pero confiamos que será transitorio en lo que se reajustan los precios de toda la cadena productiva y de comercialización, aunque los consumidores adquirirán menos ciertos productos, por la falta de poder adquisitivo, situación que pegará en las ventas del sector, las cuales mantienen una tendencia a la baja, dijo.

El representante del comercio organizado explicó en entrevista que la crisis económica provocó que en septiembre del año pasado cayeran sus ventas 1.5 por ciento, porcentaje que creció hasta 34 puntos durante mayo, ante el cierre de establecimientos por la contingencia sanitaria derivada de la aparición de la influenza A/H1N1.

Dicha tendencia empezó a revertirse un mes después y llegó a octubre a 13.8 por ciento, menos de la mitad registrada en el momento más difícil de la economía, aunque es nueve veces superior a la reportada en septiembre del año pasado, y se tradujo en una pérdida económica de 47 mil 326 millones 217 mil pesos y una gran mortandad de negocios, principalmente micro, señaló.

La falta de estudios de mercado, un plan de negocios y un soporte financiero adecuado han provocado que ocho de cada 10 negocios que abren en la ciudad no sobrevivan un año, con el consecuente desplazamiento de mano de obra, mientras los que se mantienen deben hacer frente al pago de impuestos, como el ISR, por lo cual se evalúa su impacto al ir directamente a sus utilidades.