Martes 3 de noviembre de 2009, p. 2
París, 2 de noviembre. El satélite europeo SMOS, lanzado con éxito el lunes desde la base espacial rusa de Plessetsk por un cohete Rockot, debe medir la humedad de los suelos y la salinidad de los océanos terrestres con el fin de comprender mejor el cambio climático.
Junto al SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity), el cohete Rockot puso en órbita el minisatélite Proba-2, destinado a probar nuevas tecnologías espaciales y a observar el Sol, indicó la Agencia Espacial Europea (AEE), que se congratuló del éxito de los dos lanzamientos.
Variantes claves
El agua en los suelos y la sal en los océanos
son dos variantes claves ligadas al ciclo del agua en la Tierra, con un impacto en la meteorología y el clima
, explicó la AEE, insistiendo en que SMOS permitirá hacer mediciones globales para todo el planeta.
El calentamiento global es un hecho
, pero sus consecuencias en el ciclo del agua (lluvias, evaporación, chorreo, infiltraciones en el suelo, almacenamiento...) son inciertas
, indicó Yann Kerr, responsable científico de la misión SMOS en el Centro de Estudios Espaciales de la Biosfera (Cesbio).
Por eso es necesario tener mejores datos
para que se puedan construir modelos climáticos fiables, agregó.
Para el impacto del cambio del clima en una región precisa del globo, la disponibilidad de agua contribuye en forma más importante que la temperatura
, afirmó.
La estimación del contenido en agua de los suelos, en la zona de las raíces
se considera esencial para mejorar las previsiones meteorológicas y anticipar los riesgos de inundaciones, sequías u olas de calor.
SMOS, cuyo costo es de 315 millones de euros, forma parte de un programa de observación de la Tierra que asocia a la AEE con las agencias espaciales francesa y española.